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Bodas de la Princesa Madeleine

La Princesa Madeleine el día de su boda. Foto: Aftonbladet.

 

13 de junio de 2013 |COLUMNAS |

Resistencia a la democracia

La alianza de la corte con la industria crea un centro de poder alternativo.

Fuente: Dagens Arena 07-006-2013/ Mikael Feldbaum. Traducción: Magazín Latino

La alianza de la corte con la industria crea un centro de poder alternativo.

Justo después que Christopher O’Neill y la princesa Madeleine se conocieran, Christopher O’Neil donó 700 000 coronas al fondo Childhood Foundation. La princesa, según Aftonbladet, “quedó encantada por su generosidad”. Y gran parte de la industria sueca parece razonar igual que Chris O’Neill: que el camino al corazón de la Casa Real va a través de considerables donaciones.

Las fundaciones de la Corte son de alrededor de 3,5 mil millones de coronas. La mayoría de los fondos han sido creados con ayuda de la industria. La familia Wallenberg está detrás de varias grandes donaciones, según una investigación de Dagens Nyheter. Las fundaciones dan a menudo dinero a las investigaciones – pero quien recibe el dinero es algo que muy rara vez se muestra.

A cambio de su generosidad, la crème de la crème de la industria sueca puede codearse con el esplendor real. Tienen relaciones personales con miembros de la Casa Real gracias a las reuniones de la dirección de las fundaciones. Son invitados a cenar donde el rey y tienen acceso directo a políticos suecos que a menudo van dócilmente cuando el rey los invita. La élite puede formar parte del equipo de caza del rey, lo que refuerza la creación de lazos entre la industria y la nobleza sueca.

Pero también aumentan las posibilidades de apoyo real en los viajes de negocios al extranjero. Por ejemplo, la revista Fokus informa que la mitad de la delegación industrial a Brasil en el 2010 estaba compuesta de representantes de Wallenberg. Y la mejor medalla, la Medalla de Su Majestad el Rey, de duodécima magnitud, se ve muy bien cuando dentro de la industria forestal, bancaria y en la esfera Wallenberg se va a convencer a los políticos de su rol como pilares de la sociedad.

Que la Casa Real haya logrado convertirse en un codiciado centro de reunión de la industria, a pesar que formalmente no tienen influencia política, es por supuesto, un éxito de marketing. A través de su alianza con la industria se crea un centro alternativo de poder sobre la política. Fredrik Reinfeldt elogió en el 2006 esta resistencia contra el parlamentarismo en una antología ante el 60 cumpleaños del rey como “una institución cuya independencia de consideraciones partidistas no puede ser cuestionada…nunca ha sido o puede ser propiedad de la socialdemocracia”.

Pero al igual que la política es ensuciada por que los donantes a los partidos son secretos, igual se ensucia la Casa Real por las carencias en los informes de las fundaciones. No sabemos cómo son designadas las delegaciones comerciales o cuales empresas son las que a la larga son beneficiadas por los millones de la Corte a las investigaciones.

Que Christopher O’Neill se haya visto obligado a elegir entre la industria financiera y la Casa Real muestra que el lazo a la industria es un asunto delicado. El mensaje de relaciones públicas de la Corte, cuando Fokus pregunta sobre las relaciones con la industria dice: “El Rey se encuentra con una parte transversal de la población en sus actividades”.

Sería simple para los políticos recuperar el control sobre con que parte de la industria se quieren reunir. En lugar de dejar que el rey decida: Digan que no, la próxima vez que el rey invita a una fiesta.

 

 

 

 
 
 
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