Logotipo

Portada Suecia América Latina Mundo Multimedia
 
 
Anna Berglund y Fredrik Reinfeldt.

Anna Berglund y Fredrik Reinfeldt. Foto: Svt.se.

 

12 de noviembre de 2012 |COLUMNAS |

La carta de Anna Berglund al primer ministro sueco

Hace unos días atrás Anna Berglund, una joven de 26 años, cocinera de profesión, le escribió una carta abierta, larga y sincera, al Primer Ministro, Fredrik Reinfeldt, en su blogg. En esta, Anna describe su situación: durante cinco años ha vivido en diez departamentos de segunda mano y ha tenido 16 distintos puestos de trabajo.

Anna nunca se imaginó que su carta sería leída por miles de personas, quienes se sienten identificadas con su situación, y consideran que es una buena descripción de la situación de miles y miles de jóvenes suecos.

- Es realmente bizarro. Yo escribí la carta para mí misma y no pensé nunca que iba a causar tanta sensación, dijo Anna Berglund al vespertino Expressen.se.

Fuente: Blogg de Anna Berglund: Vidret. Traducción: Magazín Latino

Estimado Sr. Reinfeldt,

Es con desesperación y gran desaliento que le escribo, ya que no se a quien más recurrir, ya que necesito consejo y apoyo. Fue en camino a casa de mi trabajo (en el cual comienzo a trabajar a las 06.00 todas las mañanas) cuando pensé ¿quién tiene derecho a una vivienda?

Desde que me mudé a Estocolmo hace cinco años he vivido en 10 lugares. En 10 diferentes apartamentos en diferentes tipos de alojamiento, o sea que me he mudado un promedio de dos veces por año. Desde contratos por corto tiempo al más largo por casi dos años. Los alquileres han variado desde 1 700 coronas que pagué por dormir en un colchón en una cocina durante un año hasta pagar 8700 coronas por un pequeño apartamento de dos ambientes en Hjorthagen.

Apartamentos por los que en todo sentido he luchado para poder vivir en ellos.

Yo no sé si su hijo todavía vive en casa o de qué forma él tendrá acceso a una vivienda el día que dé el salto a la vida adulta y se decida a irse de la casa. Pero yo dudo que sean en el Blocket donde encontrará su vivienda.

Tampoco se cuanto usted sabe sobre el Blocket.se pero le puedo informar que es allí donde todos los que no tienen los paracaídas económicos o sociales van, allí donde encontramos las habitaciones de 10 metros cuadrados pro 4000 coronas al mes, o por qué no por 18000 coronas por uno "de un ambiente renovado al estilo de New York".

Le puedo contar a usted lo que él se pierde, porque poner un anuncio en el Blocket tiene su precio. No será llamado por hombres que jadean en su oído y que alegan haberse acostado con él. Tampoco recibirá un mensaje de texto de más de 20 personas que le ofrecen un apartamento si tiene sexo con ellos ni tampoco le pedirán que le envíe fotos desnudas de él a cambio de un contrato temporal.

Todas las veces que he puesto un anuncio, con número de teléfono (porque en realidad aumenta las posibilidades de obtener un apartamento) he sido hostigada sexualmente durante semanas. Esta forma así como poner anuncios en papelitos en postes o pagar mensualidades caras por ser miembro de un sitio web que "ofrece datos sobre viviendas" es lo más común para las personas que buscan un lugar en que vivir.

He estado además en la cola para la vivienda durante cuatro años, pero buscar apartamento en la agencia de provisión de viviendas es más o menos tan fructífero y constructivo como ponerse a gritar por un lugar donde vivir en el Plattan (plaza de la Casa de la Cultura en Estocolmo) (Probablemente un concepto más exitoso que aún no he probado pero que seguro viene si me encuentro desesperada).

Pero, “compra un apartamento, dice la gente”. La gente con la que trabajo, la gente que conozco. ¿Comprar? me pregunto, ¿con qué dinero podría darme el lujo de endeudarme por vida? Mis dos padres nunca podrían darse el lujo de ayudarme económicamente con la suma que se necesita para obtener un préstamo. Apenas tengo para tener ahorros en caso que quedase cesante.

¿Ahorrar? Por supuesto que he tratado de ahorrar. Durante un tiempo trabajé dos jornadas completas para poder ahorrar, pero el dinero lo tuve que utilizar en el alquiler ya que después de unos meses de extrema presión quedé tan exhausta que no tuve fuerzas para trabajar jornada completa y tuve que disminuir las horas.

Ya que entreno para correr la maratón en el 2013 y corí los 13 kilómetros a casa tuve bastante tiempo para pensar, y cavilar sobre este tema. ¿Quién tiene derecho a una vivienda? Algo que he hecho muchas veces antes pero que siempre me ha dejado con la sensación de desesperanza y angustia, que ahora me atrevo muy poco a aventurarme a soñar despierta sobre este tema.

En realidad yo debiera gustarle a usted, Sr. Reinfeldt, aunque nunca nos hemos encontrado.

Porque yo soy uno sobre los que usted habla diariamente, pertenezco a los que usted dice representar. Una mujer trabajadora y sana, que hace lo que puede por contribuir a la sociedad, nuestra querida Suecia.

He trabajado casi ininterrumpidamente por casi 10 años, más o menos jornada completa, y he tenido más de 16 empleos - desde empleos a prueba hasta el fijo que tengo ahora.

He limpiado fondillos de niños y ancianos, he decorado ensaladas de gambas en largas filas y he corrido en los corredores de Stockholm FIlmhus con los brazos llenos de guiones de televisión.

Con los brazos metidos profundamente debajo de mostradores he limpiado masa de los pisos de panaderías y he hablado con jefes al mismo tiempo que les he servido bocaditos.

Mis brazos han levantado los hijos de famosos a los que he consolado cuando han llorado y he tomado la mano a personas solas esperando la muerte.

Conozco todos los mejores lugares para atravesar adecuados a permobiler en el centro de Estocolmo y he aprendido a levantar a una persona pesando 150 kilos sola, sin dañarme (demasiado).

La carta sería ilegiblemente larga si continuara describiendo la larga lista de tareas que durante mi joven vida de adulta he realizado así que pienso hacerle una pregunta:

¿De qué forma vale la pena trabajar?

Lo que describo arriba es la vida, como es para mí justamente ahora y que se supone que valga la pena. De la forma me desarrolla, mi persona y mi empatía, mi capacidad de fantasear y soñar.

¿No es el trabajo una parte inevitable del ser humano? ¿Independientemente si uno se encuentra dentro o fuera del mercado laboral?

Pero, ¿qué quiere decir usted que vale la pena? Porque son muchas las cosas que los trabajos no me han dado.

No me han dado un salario digno.

Tampoco me han dado buenas posibilidades para el desarrollo en la empresa.

No me han visto como una persona, no una persona sino una fuerza de trabajo, joven y fuerte a la que exprimirle el jugo.

Siempre han tenido en cuenta mi género, de forma tal que siempre he ganado menos que mis compañeros de trabajo varones a pesar que muchas veces he tenido más responsabilidad y he trabajado más fuerte que ellos.

Han evitado por todas las formas de darme un empleo fijo lo que ha resultado que muchas veces he tenido que tener varios trabajos al mismo tiempo para lograr un ingreso que me permita vivir.

He trabajado turnos de 16 horas seguidas antes de continuar trabajando de noche. He viajado por toda la ciudad para lograr trabajar las horas en donde las encuentre. Y he, cuando ha habido menos trabajo, en mi desesperación llorado frente a mi jefe pidiéndole más horas.

Como he tenido trabajos pesados, levantando y arrastrando cosas, esto ha comenzado a verse en mi cuerpo. He estado de pie horas sin una pausa, he doblado la espalda sobre productos y cargado cajas de conservas.

Las cicatrices de mis trabajos se ven diferentes. Mis manos están llenas de callos, nudillos y quemadas. A pesar de usar medias de soporte y plantillas, una hernia en mi ingle derecha se rompió lo que contribuye al dolor en mis venas, esto afecta principalmente a las mujeres.

Trabajo siempre de pie.

Cuando busqué atención médica por esto y un médico menea la cabeza y dice " si, si, deberías quitarte esto, pero la diputación provincial ya no financia este tipo de intervención. Debes pagar 21 000 coronas de tu propio bolsillo si quieres hacer algo al respecto".

Tenía 24 años cuando sucedió esto y no tenía ninguna posibilidad económica de hacerlo. Así que la pierna tuvo que quedarse así y empeorar.

¿Tiene que ser así, me pregunto? Solo he trabajado.

Tengo casi 0 días de licencia por enfermedad. Las pocas veces que estado tan enferma que no he podido ir a mi trabajo me he quedado en casa preocupándome de cómo se las arreglarán, ya que en la mayoría de mis trabajos no contratan reemplazantes ya que le costaría más a la empresa.

He pensado en que mis compañeros de trabajo han tenido que cargar el trabajo extra que significa una persona menos y en mi estado febril estoy allí triste y me siento inadecuada.

Me dicen que estudie, que obtenga un título, y así suba mi salario. Pero entonces levanto las manos en desesperación porque ¿no era que nosotros en esta sociedad individualista escogeríamos nosotros mismos?

Que valdrá la pena, dijo usted, Reinfeldt.

Pero si la autoestima para solicitar entrar a una universidad y tener fuerzas para pasar todas las pruebas que esto comprenderías, si la confianza en si mismo nunca se fortaleció en la vida, ¿cómo se hace entonces?

Yo se que nunca es como habíamos deseado porque si fuera así entonces todos estaríamos en la cima. Eso de "puedes ser lo que quieras" es cierto.

Pero no para todos.

Porque igual que se necesita trabajo, salarios, horarios flexibles, por los que soñar alcanzar, se necesitan personas que no sueñen con ellos. Personas que hacen posibles esos trabajos de maravilla, que los soportan en sus aspiraciones en sus huesudos hombros. Se necesitan personas que fracasen para que otros tengan éxito en este mundo en el cual todos somos tan únicos.

Solo desearía, Sr. Reinfeldt, que de alguna forma obtuviera una vivienda en la que vivir. No solo almacenarme.

Justamente ahora tengo un apartamento fantástico por un año que yo se que quiero con todo mi corazón. Pero no me atrevo a llenarlo con muebles, no me atrevo a soñar con esa forma de seguridad, porque así lo he aprendido en mi vida, en mi agradable y creativa vida laboral.

No todos pueden tener todo. La vida no es justa.

Me pregunto si usted también piensa en esto antes de irse a acostar. ¿Piensa en nosotros?

Nosotros las personas reales.

Pero ¿cierto que vale la pena trabajar en Suecia? ¿Cierto ?

Atentamente,

Anna Berglund

 

 

 
 
 
Copyright 2010 © Magazín Latino

All rights reserved.