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Stephane Charbonier - Charlie Hebdo
El director asesinado "Charb", Stephane Charbonier, frente a viñetas del Charlie Hebdo. Foto: El País.
 

09 de enero de 2015 |MUNDO - FRANCIA |

Charlie Hebdo seguirá provocando

Este jueves por la noche sigue la búsqueda en la región de Picardía, al norte de Francia, en donde se estrecha el cerco a los hermanos Kouachi, de 32 y 34 años de edad, presuntos autores del sangriento atentado al semanario satírico Charlie Hebdo, que dejó un saldo de doce víctimas fatales.

88.000 miembros de las fuerzas de seguridad participan en la operación, la más intensa en Francia en tiempos modernos.

El atentado terrorista, el peor que ha sufrido Europa desde la matanza en Noruega, el 2011, conmocionó al mundo entero, y de todas partes del planeta llegan muestras de solidaridad para con las víctimas de la revista, que sufrió la pérdida de cuatro de sus caricaturistas más populares y queridos.

"Hemos recibido una estocada en pleno corazón", expresó el presidente galo, François Hollande, y agregó que se buscará a los culpables y se aplicará todo el rigor de la ley.

 

Por: Marisol Aliaga

 

Paris, la ciudad de las luces está de luto.

Y este jueves, a las 12.00 del mediodía se guardó un minuto de silencio en todo el país en homenaje a las víctimas el atentado terrorista del miércoles. Y por la tarde, la simbólica torre Eiffel dejó de iluminar la capital francesa.

La mañana del día anterior, la redacción del Charlie Hebdo, unas quince personas, se habían congregado para la reunión semanal del miércoles.

Aproximadamente a las 10.30 de la mañana, la dibujante Corinne Rey vuelve a la redacción, ubicada en el bulevar Richard Lenoir, en el distrito 11 de Paris, luego de haber buscado a su hijita del jardín infantil. A la entrada del edificio se encuentra con dos encapuchados vestidos de negro, un tercero espera en un coche estacionado a pocos metros. Los encapuchados la amenazan con sus fusiles Kalashnikov y la obligan a ingresar su código y abrir la puerta.

Corinne Rey, aterrada, se esconde debajo de un escritorio, con su hija, y es testigo de lo que sucede a continuación. Durante los cinco minutos siguientes comienza la masacre. Los encapuchados gritan el nombre de "Charb", Stephane Charbonier, de 47 años, director del semanario, y le disparan a quemarropa. Uno a uno van cayendo los dibujantes, periodistas y colaboradores. Bernard "Tignous" Verlhac, de 58 años, Jean "Cabu" Cabut, de 76 años, Georges Wolisnki, de 80 años, Philippe Honoré, de 73 años.

Franck Brinsolard, de 49 años, agente de la policía cumplía su turno habitual a la entrada del Charlie Hebdo y Frederic Boisseau, de 42 años, se encargaba de la portería.

Once personas cayeron bajo las balas de los terroristas, en un lapso de cinco minutos.

Cuando abandonan el edificio, después de disparar en contra del personal que había huido al techo del inmueble, se encuentran con el segundo agente de la policía, Ahmed Merabet, de 42 años, y también le disparan. Éste cae al suelo, herido en el estómago. Uno de ellos se devuelve, el agente le antepone la mano, en señal de que no lo mate, y el encapuchado lo remata, con un tiro en la cabeza.

Acto seguido se dan a la fuga, en un Citroën negro que está en marcha, con el tercer encapuchado a bordo.

Según testigos presenciales, los hombres habrían gritado consignas tales como" Alá es grande" y "Hemos vengado al profeta. Hemos dado muerte a Charlie Hebdo".

 

Apenas una hora más tarde, el presidente galo, François Hollande arribó al lugar de la masacre, calificando esta como "atentado terrorista de una barbarie excepcional".

Por la tarde, a las ocho en punto, el presidente galo se dirigió al país.

“Nuestra mejor arma es la unidad. Nada puede dividirnos, nada puede separarnos”, dijo Hollande, y llamó "héroes" a quienes habían caído defendiendo los valores de la República.

"La República es la libertad de expresión, la cultura, el pluralismo (...) Ese era el objetivo de los terroristas", dijo, y añadió: "Han muerto por la idea que se hacían de Francia, por la libertad. Difundían un mensaje de libertad que seguiremos defendiendo en su nombre".

 

Chérif Kouachi, de 32 años, y su hermano Said, de 34, nacidos en París de padres argelinos han sido identificados por la policía como presuntos autores del atentado y se encuentran aún a la fuga. Ambos eran conocidos de los servicios de seguridad y tenían antecedentes penales, uno de ellos había cumplido una pena de tres años.

El tercer sospechoso, Hamyd M., de 18 años, se entregó a la policía luego de haber visto su nombre en las redes sociales. No obstante, sus compañeros han declarado que él se encontraba en clases.

La razón por la cual los agentes policiales pudieran dar tan rápidamente con los sospechosos es que uno de ellos olvidó sus documentos de identidad en uno de los coches que robaron en su huida. Hecho que no deja de llamar la atención, dado lo mortífero y bien planeado del atentado.

Según la agencia AFP, en el Citroën C3 que usaran para perpetrar el atentado, se encontraron banderas yihadistas y cócteles molotov.

Este jueves, el presidente François Hollande se reunió con el ex presidente Nicolas Sarkozy, líder del partido de oposición, Unión por un Movimiento Popular. Al salir del encuentro, Sarkozy declaró "este ataque ha sido llevado a cabo por fanáticos decididos contra la civilización, contra la República y contra las ideas que nos son queridas".

 

Charlie Hebdo seguirá provocando

En un principio el futuro se veía muy negro, para la revista, conocida por disparar contra todo y todos, pero solamente con su pluma. "Han decapitado a Charlie Hebdo, es imposible continuar", había declarado uno de sus voceros.

Sin embargo, la Ministra de Cultura de Francia, Fleur Pellerin, anunció este jueves en la cadena France 5 su deseo de "desbloquear de urgencia" un fondo de cerca de un millón de euros, lo cual garantizaría la sostenibilidad de Charlie Hebdo.

Y, desde ya, antiguos colaboradores y el personal del semanario que se ha mantenido con exiguos recursos económicos, han declarado que harán lo posible por sacar la semana que viene una nueva edición de la revista satírica, esta vez no en una tirada de 60.000 ejemplares, sino de un millón.

 

En Suecia, este tipo de publicaciones no es tan usual como en Francia, que tiene una larga tradición al respecto y donde la libertad de expresión sigue el espíritu de Voltaire, quien dijo: "No comparto tus ideas, pero estoy dispuesto a morir por ellas".

El director de Charlie Hebdo, Stephane Charbonier, conocido por todos como Charb, era un acérrimo defensor de sus ideas. No quiso doblegarse nunca a las críticas y estaba bajo escolta policiaca, por amenazas de muerte.

En 2011, cuando las oficinas de la revista fueron incendiadas, por la publicación de las caricaturas de Mahoma, Charbonnier calificó el incidente como un ataque contra la libertad y un acto de "extremistas idiotas" que según él no representaban la población musulmana de Francia.

"Para mí, Mahoma no es sagrado. No culpo a los musulmanes por no reírse de nuestros dibujos. Vivo bajo la ley francesa. No vivo bajo la ley coránica", dijo a la agencia AP.

Y a la revista New Yorker le había manifestado: "No siento que estoy matando a alguien con un bolígrafo. No estoy poniendo vidas en riesgo".

Pero sin duda la declaración que más resonancia ha tenido es de cuando en una entrevista con Le Monde, en 2012, expresó: “No tengo hijos, ni esposa, ni coche, ni crédito. Esto puede sonar un poco pomposo, pero lo cierto es que prefiero morir de pie que vivir de rodillas”.

 

 

 

 

Nota anterior:

El número de guerras aumentó considerablemente el año pasado

 

 

 

 
 
 
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