21 de diciembre de 2013 |COLUMNAS |

Racismo no es solamente medir cráneos

Fuente: Fuente: Aftonbladet. 10-12-13. Karin Pettersson. Traducción: Wladimir Loyola

Hace dos domingos atrás, Dagens Nyheter publicó un anuncio publicitario de una página entera, cuyo contexto, remitente y objetivo era racista.

El jefe de redacción DN, Peter Wolodarski, defendió la publicación argumentando desde una perspectiva de la libertad de expresión, y de que el anuncio había sido aceptado, ya que se había hecho una "investigación de los datos”.

La publicación despertó fuertes críticas, y pareció por un instante que Wolodarski se hubiese sentido aludido por esta. Él expresó, por lo menos, varias veces, que la decisión no fue ni fácil ni evidente y que él comprendía a quienes tenían objeciones respecto a la publicación.

“Ciertas decisiones publicistas incluyen compromisos difíciles. Esta era una de ellas. No necesitas dudar de nuestros valores fundamental”, escribió él a una de las criticas en Twitter.

Publicación mal pensada

Yo opino que la decisión de haber publicado el anuncio publicitario fue mal pensada y corta de miras. Wolodarski se defendió con que el anuncio “estaba dentro del margen de lo que un polemista debería poder expresar”.

Es una argumentación dudosa, principalmente por dos razones.

El obtener un anuncio publicado no trata el tema de la libertad de expresión. La libertad de expresión trata del derecho de expresar la opinión sin recibir represalias. Un periódico es una empresa comercial donde, en última instancia, el editor responsable es quien pone los límites a lo que se publica. Si Wolodarski quiere publicar el anuncio publicitario tiene toda la libertad de hacerlo, pero esta es una decisión comercial. El esconderse detrás de la libertad de expresión es directamente incorrecto.

Base de principios antirracistas

DN tiene principios básicos fundamentales que son claramente antirracistas. Como yo interpreto a Wolodarski, él sostiene que el anuncio publicitario no pasa el límite de ser racista debido a que no contiene directamente insultos racistas y se basa en estadísticas de la Oficina Central de Estadísticas (SCB). Esta es una interpretación estrecha y peculiar.

El racismo hoy no se manifiesta de la forma en que lo hacía a fines de los años 30. Los racistas de hoy no hablan, por lo general, de diferencias biológicas o del tamaño de los cráneos. Ellos hablan de cosas como “cultura”, “nacionalidad” y “etnicidad”, pero la idea de que diferentes grupos tienen cualidades innatas que son inmutables, no ha cambiado. Las palabras, no el contenido, están cambiadas, el racismo es el mismo de antes.

“Libro racista”

Uno de los autores del libro publicitado en el anuncio es Karl-Olov Arnstberg. Como Eric Rosén escribió en Politism el fin de semana, Arnstberg ha escrito, entre otros, el libro”Suecos y gitanos”. Allí él llegó a la conclusión de que a la cultura romaní carece razón de existir en la sociedad sueca, que los romaníes son inmorales y que ”el estilo de vida de los gitanos” no tienen nada que hacer en Suecia. En el propio periódico de Wolodarski el libro era descrito como un ”libro racista” y se afirmaba que Arnstberg se dedicaba a incitar en contra de un grupo étnico.

En la campaña electoral pasada, el DN no aceptó un anuncio publicitario de los Demócratas de Suecia”porque evidentemente formaba parte de un contexto xenofóbico”. Si se hubiera sido consecuente en su actuar, manteniendo su postura, el anuncio publicitario jamás debería haberse publicado.

Hasta aquí, lo referente a la publicación del anuncio. Fue profundamente lamentable, pero las reacciones de Wolodarski y del reportero del periódico, Niklas Orrenius, mostraron de todos modos comprensión respecto a la crítica.

Argumento averiado

Durante la mañana del martes 10 del presente mes de diciembre el periódico cambió de opinión. Entonces la página editorial del DN publicó una ardiente defensa hacia la publicación. De parte del periódico del que Wolodarski es editor responsable y de la página editorial en la que él aún sigue escribiendo.

En el texto de Hanne Kjöller no había ninguna comprensión hacia la crítica, o para las reacciones de aquella. Allí solo hay un argumento averiado sobre la libertad de expresión y citas extensas de la Enciclopedia Nacional (NE), de cómo ”se define” el racismo. Según NE, es "la opinión de que es razonable el seleccionar los seres humanos en razas partiendo de rasgos físicos”. Posteriormente, Kjöller expone el argumento de de que es “flojera intelectual” el ver el racismo de otra manera.

”Parásitos de los subsidios”

¿Es entonces allí dónde se encuentra la editorial liberal más prominente de Suecia hoy en día? ¿Nadie es racista si no mide cráneos y quiere Polonia?

Esto ocurre en un tiempo cuando los gitanos son perseguidos país por país en Europa, donde DN recientemente ha desenmascarado en grande el racismo estructural contra los gitanos dentro de la policía de Skåne. Aquello, aconteció el mismo día que Expressen publicó que los políticos de los Demócratas de Suecia habían sido descubiertos llamando a los inmigrantes de “chusma”, “plagas de saltamontes” y “parásitos de subsidios”.

Ahora se desafían los límites de tolerancia y del valor humano, en nuestra sociedad. Las fuerzas son enormes.

En su texto sobre el porqué el SD es un partido racista, el historiador Henrik Arnstad remite a la obra estándar ”The SAGE Handbook of Prejudice, Stereotyping and Discrimination” ("El Manual de Información de Prejuicios, Estereotipos y Discriminación”), que es una fuente más relevante que NE en este tipo de temas.

”El racismo implica una creencia politizada de que individuos de un grupo determinado son tipos de gente estáticas, incapaces al cambio. El racismo también es política, donde un actor denomina un grupo específico como blanco de pensamientos de inferioridad, y/o parasitar y que la minoría apuntada es una amenaza para la mayoría.”

Yo creo que esta es una pregunta de supervivencia para una sociedad abierta: el afrontar ver el racismo donde está hoy en día. El descubrir sus nuevas caras, desafiarlo y hacerle frente.

El doctor Burger-Villingen determina la forma del cráneo de una mujer, en Berlín. Foto: Läkartidningen.

Gustaf Retzius (1842–1919) con el instrumento para medir el cráneo, al lado de un hombre same. Foto: Biblioteca de la Universidad de Uppsala.