11 de septiembre julio de 2011 |COLUMNAS

Diez años que nos cambiaron

Fuente: Metro, 05 de septiembre de 2011. Traducción: Magazín Latino

Pronto será el décimo aniversario del ataque terrorista al World Trade Center en Nueva York y la mayoría de nosotros en algún momento de los próximos días pensaremos: ¿qué estaba haciendo ese día? ¿Quiénes éramos? ¿Y en que nos transformamos con todo lo que siguió al terrorismo?
El ataque terrorista llegó a dar forma a todo un mundo, no muy diferente de la manera que algunos disparos de revolver en el verano de 1914 formaron el resto del siglo XX; es posible inferir tanto el nazismo como la Segunda Guerra mundial de la matanza sin precedentes de 1914-1918.

Las bolsas cayeron como piedras los días siguientes a los ataques del once de septiembre. Pero no todas las acciones cayeron. Las acciones de la industria de guerra, por el contrario, subieron. Los que semanas antes habían invertido en esas acciones pronto obtuvieron grandes ganancias. Es una buena imagen de los últimos diez años. Se han caracterizado por guerras en diferentes etapas, primero contra Afganistán, luego contra Iraq.

De una forma sorprendente nos hemos acostumbrado a la guerra y las operaciones militares son algo obvio para "solucionar" conflictos. Y la guerra cambia todo: los servicios de seguridad tienen un mayor margen de acción, los derechos humanos son socavados y en todas las sociedades ocurre una especie de privatización de todos los pensamientos porque el mundo y las sociedades parecen ser más imposibles de influenciar. De repente muchas personas sin reflexionar comienzas inmediatamente a regocijarse cuando ven un avión militar despegar desde sus bases y portaaviones: así ha sido durante las operaciones en Libia. Porque aunque uno se alegre de la caída de Gadafi, hay un extraño olor en el aire: el olor de guerra que ahora está entusiasmando demasiado a mucha gente.

Los diez años que han pasado desde que el terror llegó a Manhattan nos ha hecho más conservadores. Tanto en Estados Unidos como en Europa ahora se cosecha políticamente el extremismo de derecha que se sembró entonces. Desde el movimiento Tea party en Estados Unidos a los Demócratas de Suecia un viento de derecha azota las sociedades donde la gente es ahora más sola, con más miedo, políticamente más desilusionada. Escenas de alegría pueden aparecer espeluznantes, como cuando la gente llenó Time Square regocijándose de la ejecución de Usama bin Laden. Sí, cuando Anders Behring Breivik se sube al barco en dirección a Utöya su conciencia ha sido formada por los diez años que han pasado desde el once de septiembre.

¿Quiénes somos? No hay ningún nosotros, cada uno debe hacerse la pregunta: ¿Cómo he cambiado yo en estos diez años? Estos diez años han destruido algo, sí, apagado algo en la mayoría de nosotros.

Quizás el peso de la reflexión nos caiga duramente esta semana.

- He logrado bajar mucho de peso haciendo ejercicio. El tiempo de los milagros no ha acabado.

- Annie Lööf, una mujer de derecha será la nueva presidenta del Partido del Centro. El tiempo de los milagros se acabó.