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Margot Wallström
La Ministra de Exteriores de Suecia, Margot Wallström, y el anterior rey saudí, Abdalá bin Abdelaziz. Foto: Marisol Aliaga. SVT. Montaje: Magazín Latino.
 

17 de marzo 2015 | COLUMNA |

Margot Wallström versus Arabia Saudita 1 - 0

El debate interno sobre el Saudigate y la actuación de Margot Wallström ha sido y al parecer continúa, siendo feroz.

¡Qué cantidad de bazofia publican! A muchos se les desmagnetizó la brújula política y andan "marcando ocupado".  Se turnan para jugar el juego "hundir a Margot".
La cosa es muy clara. En Suecia existen leyes y un organismo que regula la venta de armas. La ley especifica muy claramente que no se debe vender armas a zonas en conflicto ni a dictaduras. Pero dejemos ese punto por el momento.


Por: Sara Olave

 

Hablan de que Suecia rompió el contrato, no, no lo rompió, solo eligió no prolongarlo. Así es que, ¿cuál es el problema en no prolongar un acuerdo que nunca debió haberse firmado?

Según fuentes de diversos periódicos, los saudís conocían esta decisión del gobierno sueco antes de decidir prohibirle a Margot que pronunciara su discurso ante la reunión de la Liga Árabe en el Cairo. Pero no me digan que no sabían, al momento de invitarla a dar un discurso, cuál era la opinión que la canciller sueca tenía sobre los derechos humanos, los derechos de las mujeres en dicho país y las declaraciones que había hecho. Ya ha pasado tiempo que ella dijo que Arabia Saudita era una dictadura.

El diario portavoz de la industria y comercio sueco, Dagens Industri critica a Margot porque dijo que el sistema judicial saudita es casi medieval, pero ¿acaso Arabia Saudita no afirma vivir bajo la ley sharia en toda su pureza, y aplica penas como la lapidación, azotes y hasta amputación de una mano incluyendo como delitos incluso la desobediencia de las mujeres hacia la autoridad del padre o el esposo?

¿No es esto ni siquiera un poquitito medieval?

Pero claro, eso no importa. En tanto que los saudís tengan dinero hay que ser muy cuidadosos en la formulación de críticas, no vaya a ser cosa que se enojen y no compren productos suecos. Me pregunto cómo opinarían si Arabia Saudita fuese un país pobre. Seguro que medieval sería la palabra más suave que usarían.

Por supuesto que los saudís tienen todo el derecho a gobernar su país como se les antoje, pero nosotros tenemos también todo el derecho a opinar sobre como lo hacen y de abstenernos de apoyarlos.

Wallström fue también muy clara en su declaración de política exterior: Suecia tendría una política exterior feminista. No por nada, pero por algo fue la Enviada Especial del Secretario General de la ONU en temas de violencia sexual en zonas de conflicto. Entonces, ¿de qué se asombran? El gobierno habría estado en contra de su propia política si hubiera prolongado el deshonroso acuerdo.

No se puede tener diferentes varas para medir que país es dictadura y qué país no lo es. Pero al parecer sí las hay, pues a deducir por los reportajes y críticas a Wallström, no habría problemas en prolongar el acuerdo militar, ya que una dictadura donde el capital sueco tiene intereses creados es una dictadura, pero una dictadura a la que hay que tratar con guantes de seda.

Un país es una dictadura a la que hay que combatir con guantes de hierro cuando no hay intereses del capital involucrados, cuando su sistema no se ajusta al ideal neoliberal, aunque en ese país se respeten los derechos humanos y donde los derechos de las mujeres son protegidos por la constitución. A ver díganme, ¿por qué Cuba es catalogada de dictadura y no Arabia Saudita? Y Venezuela, ¿acaso no eligieron a Maduro por votación, al igual que en Suecia eligieron a Löfven? En Arabia Saudita es un rey quien los rige, nadie lo ha elegido y sin embargo la comunidad internacional le hace reverencias y lo defiende. A los otros les imponen sanciones. ¿Dónde está la lógica en esto?

Para mí, la política de Margot Wallström es valiente. Se atrevió, contra viento y marea, a reconocer a Palestina y ahora a decirle NO a Arabia Saudita. Son muchos los otros países - entre ellos Alemania - que también han criticado el estado de los derechos humanos en Arabia Saudita, pero los saudís no dijeron ni pío. ¿Será por qué Wallström es mujer? Aunque pueda sonar descabellado, la pregunta es válida.

Lo peor de todo esto es que coterráneos míos han, a la mejor usanza momia, (la antigua derecha chilena) expresado su descontento con la actuación de la canciller, alegando que la política exterior sueca no debe dañar las relaciones con un país tan importante en la región, como lo es Arabia Saudita. Pero a ver, como es la cosa, ¿son los principios políticos y morales los que deben gobernar un país o debe ser el capital y la importancia geopolítica? ¿Dónde escondieron los ideales por los que lucharon antes de llegar a este país?

Durante muchos años, Suecia fue un ejemplo de valentía en política exterior. Olof Palme se atrevió a desafiar a la gran potencia, al mismísimo Estados Unidos de América, y defendió a Vietnam. ¿Acaso eso no causó daños a la industria y al capital suecos? ¿Cómo reaccionó en aquella época EE.UU.? ¿Les dijo varsågod (adelante)? La ayuda sueca contra el Apartheid, y su boicot de productos sudafricanos ¿no causó daño al capital? Eran tiempos donde todavía quedaba un poquito de moral en la política, y los principios no se sacrificaban en el altar de Mammón. Por ese Don Dinero, que convierte en títeres a muchos políticos y a aquellos que hace rato abandonaron los principios y sueños por los cuales lucharon en su juventud.

Pero, ¿en qué piensan mis compatriotas? ¿Es que ya se olvidaron de los principios por los que luchamos en la época de Allende, sobre todo aquellos que eran aún más tirados pa 'la punta? Fueron, como muchos ahora confiesan ¿pecadillos de juventud? ¿Cuántos Mauricios Rojas camuflados hay entre nosotros?

¡Me erizo!

Olof Palme y Allende se deben estar dando vueltas en sus tumbas.

Y pienso en Bertold Brecht, quien dijo: "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles".

Menos mal que no todo lo que se ha dicho del tema ha sido negativo. Somos muchos los que estamos orgullosos de la actuación de la canciller. De que hayan sido la moral y los principios los que prevalecieron esta vez.

Se prende una pequeña llama de esperanza, en esta Suecia donde el espíritu de Palme parece que nuevamente se vuelve a escuchar.


 

 

 

 

 

 


 
 
 
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