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Göran Hägglund

El presidente del partido Demócrata Cristiano, Göran Hägglund, al iniciar la rueda de prensa de este jueves. Foto: Pantallazo SVT.

 

29 de enero de 2015 |COLUMNA |

Göran Hägglund dimite como líder de su partido

ESTOCOLMO: Durante la mañana del jueves, el presidente del partido Demócrata Cristiano, Göran Hägglund, llamó con breve antelación a una rueda de prensa. Antes de comenzar esta, escribió en su cuenta de Twitter: "Dentro de aproximadamente tres minutos comenzaré una conferencia de prensa donde anuncio que dejo la tarea como líder de los democristianos".

Y, al comenzar la rueda, tal cual lo acostumbra hacer, tomó una foto de los periodistas allí presentes. Göran Hägglund no ha sido tal vez el más popular de los líderes de la Alianza, pero sí el más humorístico.

Después de once años a la cabeza de su partido, piensa que es hora de retirarse, y desea que el nuevo presidente/a tenga el tiempo suficiente para afiatarse en su cargo, con vistas a las próximas elecciones.

- Ahora es el momento para la renovación, para el pensamiento innovador y para sangre nueva, dijo. Y las especulaciones sobre quien será su sucesor comenzaron de inmediato.

Tal vez lo máximo que logró Göran Hägglund, quien era el único líder de partido que quedaba de quienes formaron la Alianza, fue que logró mantener unido a un partido fraccionado que no tiene muy claro su rumbo.

Como escribe el jefe de redacción del periódico ETC, Andreas Gustavsson, en un editorial este jueves.

 

Fuente: ETC. 29-01-2015. Andreas Gustavsson. Traducción: Magazín Latino

 

Deja una Democracia Cristiana en crisis


El peor resultado electoral en 20 años. Pero ese no es el motivo más grande de preocupación. Ni Göran Hägglund ni ningún otro demócratacristiano puede dar ya una respuesta creíble del derecho a existir del partido.

El año pasado Göran Hägglund habló de "políticos de lasaña con carne de caballo" en relación a un debate con los líderes de partido. Solía ser ingenioso, Hägglund. Con la broma a flor de labios, con metáforas creativas. Después de la derrota electoral esa faceta de él ha estado completamente callada. El líder democratacristiano se ha ido alejando de la posición que tuvo durante once largos años.

Ahora dimite Göran Hägglund.

Deja un partido en una crisis profunda. Se trata de mucho más que cifras en las encuestas de opinión. Se trata de que Hägglund, o cualquier otro democratacristiano, ya no puede dar una respuesta creíble sobre el porqué de la existencia del partido.

Cuando habló de la lasaña con carne de caballo, el dardo estaba dirigido a la Socialdemocracia, por la falta de decisión sobre el tema de con quién formarían gobierno. ¿El partido Verde? ¿El partido de Izquierda? ¿Una combinación? Buscaba claridad. Pero al mismo tiempo su propia lasaña bajo su liderazgo tiene cada vez menos sabor.

¿Quién sabía, en realidad, el 14 de septiembre con qué política se presentaba el partido Demócrata Cristiano?

¿Quién sabe hoy lo que quiere la Democracia Cristiana, que no sea apresurar propuestas en torno a la inmigración y a la integración?

¿Quién piensa que la lasaña democratacristiana es apetitosa el 2015?

Göran Hägglund no es feminista. Dice estar a favor de la "equidad", pero es imposible que acepte una licencia por paternidad/maternidad compartida, en su lugar quiere aumentar el subsidio por cuidado de niños, una de sus pocas acciones concretas en el gobierno de la Alianza.

Los democristianos no han abandonado su moralizante política familiar y su visión sobre la sexualidad. Hägglund tampoco ha logrado salvar la brecha entre el discurso sobre una atención humana al niño y al anciano y la realidad donde los niños y ancianos caen en manos de un bienestar privatizado.

El resultado de las elecciones es aún otra señal. La gente que pertenece a la realidad - derechos de autor: Democracia cristiana (sí, es marca registrada), abandona el partido.

Ahora se designará el heredero. Lo más probable es que ese proceso empeorará aún más la crisis del partido, ya que la Democracia Cristiana se desgarra internamente entre una falange religiosa claramente conservadora y otra que más bien se inclina a lo liberal y es considerablemente más secular. Hägglund se encuentra apretado entre ambas. Ha intentado dirigir un partido que no sabe que quiere ni hacia dónde va. Ahora se ha cansado.

 

 

 


 
 
 
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