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Markus Birro y Mattias Karlsson

Markus Birro, ex columnista de Expressen, y Mattias Karlsson, presidente interino de Demócratas de Suecia. Foto: Aftonbladet/Marisol Aliaga. .

 

04 de diciembre de 2014 | COLUMNA |

No quiero tomar café ni con Birro ni con los racistas

No estoy de acuerdo con la cháchara de que "las religiones" son peligrosas. ¿Qué tiene la mayor parte del terrorismo religioso mundial en común? Islam. Es un hecho, tuiteó el popular columnista y escritor Marcus Birro, demócrata cristiano.

 

Fuente: Aftonbladet 7-11-2014/ Fredrik Virtanen

 

"Que el gobierno llame a los Demócratas de Suecia un partido antidemocrático, pero quiere colaborar con el Partido de Izquierda, es más que irónico" tuiteó el editorialista burgués y editor de Neo, Ivar Arpi el mismo día.

Fue el martes.

Hoy es sábado y todavía no entiendo nada, donde se encuentran, con quienes se juntan, como piensan. Quiero decir, estas son personas cultas, bien establecidas. Probablemente Arpi es un futuro intelectual. Esta es su forma de pensar, su imagen del mundo, que es imposible para mi compartir.

Estos tuits {posteo en Twitter] no fueron escritos por equivocación, uno puede hacerlo y yo lo he hecho muchas veces. Mantuvieron sus opiniones, las defendieron. Arpi considera que los Demócratas de Suecia ya no son racistas, por lo tanto son más democráticos que el Partido de Izquierda ya que el VPK hace 30-60 años atrás eran comunistas, si es que entendí bien su razonamiento.

En mi mundo el Partido de Izquierda es el más democrático en el sentido que defiende más fuerte que ningún otro partido del Parlamento los derechos de las minorías, aunque personalmente yo considero que los socialdemócratas pueden hacer más provecho.

Antirracismo, feminismo, LGBT, esos temas le encantan al partido de Izquierda.

V [el Partido de izquierda, por su sigla en sueco] incluye.

Los Demócratas de Suecia conducen una política totalmente opuesta, contra los inmigrantes, contra las mujeres, contra los homosexuales. Los Demócratas de Suecia excluyen. Y es obvio que los Demócratas de Suecia son racistas, sólo basta leer el libro de Expo "El libro blanco de los Demócratas de Suecia 1988-2014" (”Sverigedemokraternas vitbok 1988–2014”).

Para mí es obvio. Según Arpi, es más que lo opuesto. Va más allá "que irónico" decir que el partido de Izquierda es más democrático que los Demócratas de Suecia.

De la misma forma es imposible entender como Birro puede darse una completa voltereta y sonar exactamente como un energúmeno Demócrata de Suecia que acosa por internet, y ofender al 99,9 por ciento de los musulmanes del mundo. Hay más verdad en la chiflada expresión de que "la mayoría de los asesinos en Suecia son cristianos".

Según mi forma de ver las cosas. Birro vive en un mundo diametralmente opuesto, a pesar de que vivimos en el mismo barrio, en la misma ciudad.

Trato de imaginarme como es la charla en los estadios de fútbol e y las iglesias que visita Birro, donde su forma de hablar es considerada completamente natural, razonable y Ok. Y trato de imaginarme qué se puede escuchar en la redacción de Arpi y su Neo, que igualmente odian al partido de Izquierda...pero no puedo.

Y esa es la cosa: no quiero tomar café con ninguno de ellos. No tiene sentido. Vivimos en guetos ideológicos completamente diferentes, nunca los podré entender a ellos, ni ellos a mí. Que Birro es agradable en privado, lo sé, lo conozco desde hace casi 20 años. Seguro que Arpi también es amigable. Pero hay muchas personas agradables en mi propio planeta.

Digo como Leif GW Persson dijo a Expressen:

- Dos conocidos me contaron hace un tiempo que votaron por los Demócratas de Suecia y entonces les dije que no tenían que volver a nuestra casa más.

Cuando la presuntamente buena, educada burguesía pública acepta las opiniones de partidos racistas, entonces todo va al infierno, el fusible se quema. El 13 por ciento no es nada, puede fácilmente puede ser un 25 por ciento, cuando el resto de la derecha se convierte en adeptos.

Es obvio para mí, era obvio para Fredrik Reinfeldt.

Pero no para Arpi y Birro. Tenemos contradicciones ideológicas irreconciliables.

No queda más que el divorcio.

 

 

 


 
 
 
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