28 de mayo de 2014 | COLUMNA |
El partido de Izquierda puede perder toda una generación de jóvenes
Åsa Linderborg: El partido le tiene pavor a los miembros que gritan muy fuerte.
Fuente: Aftonbladet 28-04-2014 Åsa Linderborg.
Traducción: Magazín Latino
La burguesía mira con ojos cansados a la ola de izquierda que recorre Suecia, pero parece no haberse dado cuenta de que algo verdaderamente espantoso está ocurriendo a su propio lado. Los Demócratas de Suecia obtuvieron casi el diez por ciento de los votos en las elecciones al parlamento europeo. y en amplias partes de Europa sus partidos hermanos muchas veces más. Nadie se alegra, pero la supuesta preocupación burguesa es de todas maneras difícil de tomar en serio. Es justamente su política de austeridad la que ha propiciado el éxito del extremismo de derecha.
De todas maneras Suecia es diferente. En cualquier parte que Jimmie Åkesson se detuvo en su gira por el país, se encontró con gente que protestó silenciosamente o en voz alta. El sábado se reunieron en Norrmalmstorg miles de manifestantes. Todo sucedía en calma - tanto por parte de los Demócratas de Suecia como de los antirracistas -pero la policía de todas formas arrastraba a gente porque silbaban, hacían sonar sus llaves o llevaban pancartas. Algunos fueron trasladados en buses hasta Märsta (más allá la policía no los puede llevar porque entonces su traslado sería una detención ilegal).
La policía actuó sin ninguna razón y arbitrariamente en contra de los ciudadanos que utilizaban su derecho legal a la libertad de expresión. La policía de Estocolmo ha sido, de hecho, denunciada al Defensor del Pueblo.
Por lo demás, no ha habido protestas, en un creciente consenso de que a los racistas y los nazistas no hay que molestarlos. Ni siquiera el partido de Izquierda ha hecho declaraciones, a pesar que su candidato a la UE, Dror Feiler, tuvo que ir en el bus piquete a la emergencia psiquiátrica del hospital Sankt Göran, solamente porque la policía quería joder.
Solo el ocho por ciento de los jóvenes votaron por el partido de Izquierda. El doble escogió a la Iniciativa Feminista.
Las explicaciones son varias, pero una es justamente esta, que el partido de Izquierda tiene un enfoque didácticamente nervioso hacia el movimiento antirracista. El partido hace declaraciones sobre los métodos erróneos -la política del cuchillo- pero tampoco abraza de corazón todo lo demás.
Las calles hierven de travesuras antifascistas inteligentes, pero el partido de Izquierda tiene miedo que haya algún miembro que grite demasiado alto y así "dañe al partido" en la prensa burguesa.
Si el partido de Izquierda continúa así, puede perderse a toda una generación de jóvenes de la misma forma que los socialdemócratas lo hicieron durante la guerra de Vietnam.
También perdedor por la ansiedad del partido de Izquierda es por supuesto el antirracismo, que arriesga dejar de ser radical a ser un coro sin política concreta. La izquierda roja debe poder dar al antirracismo un arraigo de clase, una dimensión social que gana a los hombres blancos en vez de ahuyentarlos con burlas.
Solo así el antirracismo puede convertirse en antifascismo, un movimiento que desafíe no solo el extremismo de derecha sino también a la burguesía que con su política de clase alimenta con sondas al monstruo azul-negro.
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