Logotipo

Portada Suecia América Latina Mundo Multimedia
 
 
Afganistán
Estados Unidos compensará a familiares de víctimas civiles en Afganistán. La cifra es de 50.000 dólares por cada afgano. El sargento Robert Bales será acusado de 17 cargos de asesinato. Foto: AP.
 

26 de marzo de 2012 | COLUMNA |

Tema: psicópatas en serie

Neurociencia y sociología de la conducta.

Por: Víctor Aquiles Jiménez H.

¿Cómo entender que un muchacho de 23 años de nombre Mohamed Merah, que vivía en los ghetos franceses haya incubado una rabia asesina que le llevó a ejecutar a sangre fría a 7 seres humanos con un arma automática de grueso calibre, poniendo en jaque a todo un país como Francia para caer luego de tres días abatido por las balas de la policía de élite cuando saltaba desde el baño de su departamento donde se había atrincherado. Dicen que era cadáver ya cuando caía a estrellarse en el pavimento. 23 años no son nada, era un muchacho todavía, cuyo cerebro no se encuentra del todo conformado. Pero era un terrorista, había abrazado la ideología de Al Qaeda adiestrándose con ellos ¿cómo lo hizo?, eso es una tarea para la policía, pero su única consigna era matar, asesinar fríamente sin miramientos ni piedad, ni siquiera sentía remordimientos y se lamentaba de no haber matado más. Nos parece horroroso que alguien pueda pensar así, y si mal no recuerdo un jerarca nazi hecho prisionero en la etapa final de su vida en Argentina, Adolf Eichmann, dijo: "No me arrepiento de nada. Si nosotros hubiéramos matado de los 10,3 millones de judíos a 10,3 millones de judíos yo estaría contento y diría: está bien, liquidamos a un enemigo" Resulta odiosa la comparación, pero puede ser un dato común en la mente de los psicópatas, o de la psicopatía criminal en serie. Una vez que han comenzado a matar, sus cerebros le premian con descargas de dopamina.


¿Cómo entender al sargento norteamericano, Robert Bales, en Kandahar, Afganistán, el día 11 de marzo del presente mes actuar con premeditación y alevosía en el asesinato de 17 personas disparando su arma de guerra letal, con la intención de producir una masacre con mayores víctimas? Hoy está prisionero y enfrenta la pena capital y sus abogados defensores buscan las causas que lo llevaron a disparar sobre la población civil acudiendo al expediente de estar en situación de estrés de guerra, por las múltiples campañas que ha cumplido militarmente en misiones de alto riesgo y violencia reiterada.

Nos cuesta a las personas normales entender estos comportamientos y por más que nos quieran explicar que en unos es el fanatismo político religioso, etc., en otro, en el cumplimiento celoso y excedido del deber bajo estrés, pueden llevar al asesinato frío de congéneres. Pero son estereotipos de conductas que están y que se pueden repetir una y otra vez. Es decir, ciertas personas, de pronto por consignas religiosas, creencias o tendencias políticas, étnicas, culturales o patrióticas, etc. con fusiles de asalto pueden acabar con la vida de gente inocente en cualquier sitio del planeta. Tiene que haber algo más de fondo, porque si el exceso de estrés es la causa, pensemos, cuántos miles, millones de seres sufren rigores toda su vida de privaciones, pobreza, frustración, malos tratos, violaciones, abusos, explotación y jamás cometen o cometerían crímenes horrendos y abyectos como los que hemos conocidos estos días y otros y otros. Yo no creo en soldados con estrés, porque por algo son soldados y han sido entrenados rigurosamente, y la acción los hace ser más templados y racionales y se han creado convenios (como el de Ginebra) para defender los derechos de los prisioneros. Tampoco creo que cualquier terrorista su ideario lo lleve a poner bombas y a masacrar a inocentes, en vez de tener un enemigo estratégico. En lo que creo es que personas con tendencias homicidas, con ideas criminales genocidas, se sientan proclives a ciertas consignas y labores que les acerquen al plan criminal que hay en sus cerebros para llevarlos a efectos sin remordimientos. Son excepciones, no todos los soldados son psicópatas, ni todos los dirigentes y miembros de sectas religiosas, políticas, son psicópatas.
Pero todo lo que sabemos en cuanto a ciencias del comportamiento, como la neurociencia, la sociología y el conocimiento psicológico, psiquiátrico más la criminología, no nos dicen mucho ni podemos aún predecir con ellas cuando nos vamos a encontrar con un comportamiento psicopático- religioso-político de conducta desviada, como el ocurrido en Noruega el año pasado donde un hombre de 32 años de nombre Anders Behring Breivik asesinó fríamente a una cantidad enorme de jóvenes mientras gritaba: "¡Debéis morir todos, debéis morir todos!". Efectivamente, 77 personas de ambos sexos en total murieron acribillados, la mayoría jóvenes pertenecientes a una determinada corriente política democrática. Se levantaron diversas hipótesis de acuerdo a cada especialidad para poder explicarle a la sociedad lo sucedido en el cerebro y mente de un sujeto que se sentía superior y defensor de altos designios de los dioses y jerarcas de un mundo étnico donde no caben todos.

No tenemos ninguna precisión de como prevenir nuevos hechos de esta naturaleza, ni nos satisfacen las respuestas que nos dan los expertos, ¿por qué? Porque sabemos que volverán a ocurrir lamentablemente una y otra vez. El criminal al cometer sus asesinatos siente felicidad al hacerlo, como un futbolista al pasar un gol, o un deportista al ganar un torneo, o un enamorado al recibir una caricia de su amada. Un ser humano que experimente placer al asesinar psiquiátricamente estaríamos hablando de un enfermo mental con alteraciones en la zona donde se encuentra el córtex prefrontal ventromedial, que es la región del cerebro localizado en el lóbulo frontal y a la que se asocia con los sentimientos de empatía y culpa, ahí se encuentra la amígdala relacionada con el miedo y la ansiedad. En relación a las personas normales esta amígdala es diferente. El cerebro de los psicópatas biológicamente es distinto al de las personas normales. Visto y entendido así se pueden comprender los horrendos crímenes que cometen estos enfermos y no habrá ningún tratamiento psicológico o de readaptación que funcione para su re captación social, porque son enfermos con fallas cerebrales irreversibles y nos obliga a "perdonarles" o aceptar su desgraciada y devastadora actuación.

Hasta aquí el asunto es sólo médico y no sociológico, porque el criminal actúa a consecuencia de una psicopatía y la ley ya le asigna un castigo, una pena no proporcional a los delitos cometidos, sino atenuada por su enfermedad, que le exime de ser considerado normal, lo que es una contradicción, porque nadie que esté en su sano juicio va a matar a otra persona por el gusto de hacerlo. Como se trata de un enfermo "inteligente" aceptamos que utilizó tal inteligencia para cometer su crimen abyecto, y la sociedad ha de eximirle obligatoriamente. No importa a cuantos asesine y deje inválidos, la cuantía del crimen no cuenta porque hay de por medio irresponsabilidad en los actos de un desquiciado y como tal la sociedad organizada ha de castigarle con reclusión sin posibilidades de rehabilitación es más, para protegerle de que la gente haga justicia por sus propias manos y de que reincida con otro plan de exterminio genocida. El hecho de que enfrente una psicopatía por daño cerebral le libera del castigo que se le da a un normal, dependiendo del país puede ser cadena perpetua o de muerte.

Estaríamos aceptando que un psicópata depredador, como se les llama en criminología a un asesino en serie, siente un estado de euforia, de placer al realizar sus crímenes. Esa euforia se la debe a la dopamina, un neuropéptido que produce el cerebro humano como premio. En esta categoría puede caber un terrorista que pone una bomba o hace explotar una que lleva puesta. Si se trata del "premio" cerebral a través de la dopamina, en los preparativos de la operación terrorista es cuando tendrá un estado de euforia enorme por lo que hará, porque después del atentado no habrá más recompensa para él que la de ser recordado como héroe por quienes cree representar, y si cree en la vida después de la muerte, seguro que pensará tener derecho a la vida eterna en el cielo por su acción. Lo que quiero tratar ahora es un punto de reflexión sobre el siguiente aspecto, cuando un psicópata no inteligente, como los de los thriller en el cine, comete crímenes, es porque siente una necesidad de hacerlo, sin tener argumentos que los justifiquen. Este criminal pasaría a ser catalogado como un idiota depredador, un animal salvaje que le gusta hacer sufrir, ver correr la sangre, el caos, el horror en la cara de las víctimas.

Los crímenes comunes por lo general tienen un móvil, y puede ser pasional, por delito: asalto, robo con violencia (aquí no entrarían los asesinos fortuitos, que por casualidad o defensa propia han dado muerte a alguien).

Pues bien, buscando el móvil toca la curiosidad que los psicópatas que actúan solos, como en el caso de Noruega y Francia, lo hacen bajo consignas y planteamientos ideológicos, místicos, raciales y religiosos que están ahí y son parte de la cultura, del entramado social y democrático y que cuentan con muchos adeptos, quizás cientos o miles. Esto explicaría o daría como resultado que hay ideas y creencias que calzan a la perfección en las mentes de personas cerebralmente enfermas, aunque actúen en sociedad inteligentemente. Se han hecho cientos de estudios sobre la incapacidad que tienen los psicópatas, al estudiar las reacciones de sus cerebros, en las áreas encargadas de las emociones, que no hay respuestas frente a estímulos que tengan que ver con víctimas, sus propias víctimas u otras que se les muestren en imágenes. Estas mismas imágenes a las personas normales le causan sentimientos de compasión, miedo y abatimiento. Pero sí los psicópatas reaccionan ante otros estímulos gráficos que exaltan sus agresividades y les predisponen a la violencia. En este caso este trabajo tiene el interés en tocar, tratar sucintamente, aquellas ideas perceptibles de ser asumidas por cerebros enfermos y mentes psicópatas.

Porque así como hay alimentos adictivos hay ideas adictivas en la gran gama de adicciones como es el reflejo acondicionado de Pavlow. Ahora es sencillo de explicar qué es lo que provoca la adicción a algo agradable haciendo que el cerebro produzca en respuesta dopamina, que es el neuropéptido de la felicidad. Si la adicción a los helados o comidas sabrosas tiene una repuesta cerebral de dopamina tendremos ahí la necesidad de los helados y comidas. El cerebro produce dopamina ante la música y todo aquello que otorga satisfacción, como al deportista que sale campeón luego del gran esfuerzo desplegado para serlo. La misma sensación sienten los políticos al ser electos y los profesionales al lograr sus metas y ser reconocidos socialmente. Todo está vinculado al placer naturalmente. ¿Cuales podrían ser las sustancias adictivas en las ideologías totalitarias y excluyentes? ¿Los psicópatas son receptivos a palabras claves en los mensajes ideológicos totalitarios y excluyentes? ¿Reconocen, sienten como propias ciertas palabras que activan las zonas cerebrales encargadas de respuestas en este caso predisponiéndoles a la violencia, para recibir dopamina como premio al sentirse estimulados? Estas palabras podrían ser subliminales, ejemplos: Raza superior, raza inferior, patria, sangre pura, fuerte, poderoso, creyente, ateo, inmigrante, extranjero, flojo, ladrón, indocumentado, negro, amarillo, gitano, sudamericano, esclavo, vicio, avaro, pobre, etc. Es cosa de poner adjetivos.

Creo que todos habremos escuchado alguna vez que los seres humanos tenemos "naturaleza", es decir una condición estrictamente nuestra que nos identifican ante las demás especies animales; aunque las demás especies también las tienen, pero la nuestra estaría reprimida, si pensamos retroactivamente desde épocas lejanas, donde se actuaba sin los moldes culturales y formativos que nos han llevado al sitio en que nos encontramos hoy en nuestra evolución, suponiendo que hubo tiempos en que los seres humanos actuaban sin frenos. ¿Sería la violencia y la agresividad una de las características nuestras básicas para la defensa de la propia vida y del clan? ¿Tuvo que ser así durante centurias, milenios, millones de años? Posiblemente lo sea, pero poco a poco, nuestro cerebro aprendió que dadas las dificultades de los tiempos prehistóricos, para sobrevivir y competir con poderosos animales de igual "naturaleza" era imprescindible la unión de muchos hombres por encima de las razas y diferencias culturales en la defensa y la caza, esto llevó a reprimir la agresividad y la violencia entre ellos para hacer posible la coexistencia pacifica y siglos más tarde la organización social y sus respectivas jerarquías y normas de conductas hasta el presente.

Hoy en día la ciencia al referirse a la violencia humana, dependiendo de la especialidad, le da diferentes nombres. La criminología suele calificar a los criminales en serie como depredadores natos. La psiquiatría más técnicamente de psicópatas. Los neurocientistas los denominan enfermos patológicos por defectos cerebrales, y los sociólogos personas con conductas desviadas, productos de ambientes adecuados al desarrollo criminal o por causas biológicas. Los científicos tienen ya identificadas las zonas falladas o alteradas del cerebro como hemos visto ya y por lo mismo, muchos criminales depredadores, si se comprueba esa anomalía se pueden salvar de la pena capital. Hoy se hace fácil detectar y reconocer una psicopatía criminal en las personas con los recursos de la ciencia. Falta crear los métodos de prevención de las conductas desviadas para salvarles de sus "destinos" y hacerles útiles a la sociedad. Debemos entender que de todas formas estos enfermos son excepciones, habiendo millones de personas absolutamente normales y que tratamos de vivir con normas para coexistir. Y para hacer verdadera una convivencia local y global hemos tenido que inventar las normas y leyes, que nos obligan a deberes y haberes, y, nos hacen perder intimidad, espacios y tiempo que hacen posible la convivencia, la protección y el reparto de bienes y alimentos, dándonos la oportunidad de reproducirnos y crear una cultura que nos identifique.

Este tema que he escogido para esta semana es mucho más complejo que esta especie de síntesis porque no he tocado el tema de los cromosomas XY o XX que nos hacen más agresivos, precisamente por hablar de fallas cerebrales que provocan las psicopatías criminales a los asesinos en serie.

Tenemos por delante todavía un largo de trabajo científico, político, social y educacional que nos lleven a crear una cultura de valores, valores en libertad y democracia que nos eduquen para la paz, la concordia y la fraternidad, y excluir todo lo que hemos entregado como pautas culturales a las generaciones de jóvenes sacrificados por ideales, guerras, fanatismos de todo tipo, donde en vez de entregarles una herramienta para trabajar el futuro, hemos puestos en sus manos armas, armas que lo destrozan y arruinan todo.


Columnas anteriores

 

19 de marzo de 2012: ¿Es posible la creación del hombre-planta, que se alimente solamente de luz solar?

12 de marzo de 2012: A un año de la catástrofe en Japón

¿Las blancas estelas de humo en el cielo es una señal de la guerra "psicofísica?"

El hilo del amor en páginas viejas

Los senderos de la vida y los recodos del alma

Realidad lo soñado

Recuerdo de una foto en sepia

Siempre hay una primera vez

La virtud y el pecado, la honradez y la corrupción

Un departamento mágico

Buenos propósitos

Papá no te duermas - Cuento navideño

La infancia en el campo de batalla

Hablemos de una realidad específica - Segunda parte

¿Soñar no cuesta nada? - Primera parte

El origen de una aracnofobia

Apuntes sobre el inconsciente: sueños, tincadas, percepciones e intuiciones

 


SI UD. TIENE ALGUNA CONSULTA QUE HACER, ENVÍENOS UN CORREO ELECTRÓNICO CON SU INQUIETUD A: magazinlatino@gmail.com Y ESTÉ ATENTO/A A LA RESPUESTA EN NUESTRA PRÓXIMA EDICIÓN.


 
 
 
Copyright 2011 © Magazín Latino

All rights reserved.