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Un hambre de pureza
 
 

20 de febrero de 2012 | COLUMNA |

Los senderos de la vida y los recodos del alma

Por: Víctor Aquiles Jiménez H.

La vorágine de la vida nos lleva a todos por senderos desconocidos, oscuros, retorcidos o llenos de obstáculos, y por ellos tenemos que transitar obligatoriamente, conscientes o no de ello. En los descansos tenemos tiempo para la reflexión y para las tomas de resoluciones de si seguimos o nos quedamos en algún recodo, en la berma, si nos detenemos definitivamente o nos devolvemos.

Pero cualquier determinación que tomemos de seguir o devolvernos es la experiencia que nos dice qué hacer en uno u otro sentido. Sin embargo, las experiencias de vida no nos sirven para determinadas situaciones, especialmente cuando son nuevas y nos metemos en sucesos que nunca olvidaremos ni con terapias, porque dejan un surco, una huella profunda en el alma.

Esas huellas como de ruedas de carreta tiradas por bueyes en un camino de barro lluvioso en el campo las veremos siempre en los sueños, o cuando tengamos problemas o trastornos, y siempre es aconsejable y saludable compartirlas. Yo, como escritor de fantasías para niño, de ciencia-ficción y novelas para adultos, evito hablar de mí, de mis propias vivencias personales y, aunque he estudiado sociología, que sería el estudio de la interacción de las personas, para tratar de entender la conducta humana, las relaciones, sean en unidades, en grupo, en sociedades organizadas, etc. son realmente vitales para la supervivencia organizada.

Últimamente he ampliado mis estudios a la hipnosis, precisamente para poder prestar servicios especializados a las personas que tengan problemas de baja autoestima, fobias, depresiones, dependencias a personas, a tabaquismo, drogas, alcoholismos y tantas cosas que cada uno de nosotros lleva dentro y que las sufre sin poderlas atender y buscar una salida, e iniciar un tratamiento que nos libere de cargas negativas que afectan nuestro desarrollo, tranquilidad en la lucha por la felicidad, palabra que nos negamos a excluir de nuestras vidas.

A veces esas vivencias dañinas sólo contarlas a alguien ya produce un descanso, un amigo de confianza nos basta, y sacándolas a luz se consigue la posibilidad de olvidarlas y si han sido traumáticas olvidarlas con una buena conversación. Son muchas las vivencias que unos más que otros tenemos, y a veces son demasiado fuertes como para revivirlas y están ahí y las tratamos de sepultar, pero aparecen ante cualquier situación de conflicto que tengamos para que sintamos miedo, terror, rabia, ira reprimida, frustraciones, tristezas, depresión que no sabemos de donde aparecen, y es porque debajo de nuestra capa hay otra que tiene impresa todas las emociones negativas que conectan en nuestro circuito cerebral cuando experimentamos dificultades y es ahí cuando sin que sepamos por qué nuestro ánimo cambia.

Les contaré un ejemplo, cambiando el nombre y el lugar donde sucedió un hecho sucedido en la niñez de una persona que repercutió en la vida adulta, creándole una enorme inseguridad y una incapacidad para tomar decisiones, incluso básicas. Luego de pasar por muchas consultas con psicólogos, incluso con psiquiatras y especialistas en conducta, su problema de inseguridad y de la falta de capacidad para tomar decisiones alguien me preguntó si podía hacer algo por esa persona y accedí.

Lo primero que realicé luego de una entrevista, fue ganarme su confianza para que me contara todos los sucesos de su vida desde que tuviera memoria que solía recordar fueran importantes o no. Le escuché en varias oportunidades con bastante atención y lo que me iba contando no parecía ser lo suficientemente extraño, fuerte, chocante, etc. como para asociarle con la conducta actual que le producía esa inseguridad e indecisión que le estaba restando calidad de vida. No había nada realmente, por lo menos aparentemente tal vez con la ayuda de hipnosis se podría llegar a la causa, pero no fue necesario, porque se me ocurrió preguntarle por la relación con sus familiares, todos, y así, me enteré que buena parte de su vida la hizo con su abuela paterna, a la que adoraba, recibiendo de ella también mucho amor, y con su propia madre y padre, compartía su vida como niño, adolescente y joven en ambas familias. Su padre tenía una extraordinaria relación con su madre, la abuela de su hijo.

Un aciago día, el padre del joven tuvo un terrible accidente automovilístico que le destrozó la cara dejándole totalmente desfigurado y además postrado tres años, hasta el día de su muerte. Como su madre no estaba bien de salud y también postrada prácticamente en su casa de una enfermedad que hacía estrago en su cuerpo, se le evitó la noticia del terrible accidente de su hijo lo que hizo que con el paso de los días comenzara a preguntar por su hijo, y nadie se atrevía a decirle nada todavía para no agravar más su precario estado de salud. Entonces un día llamó a su nieto, y le preguntó por su padre y el joven enterado de la situación le respondió que su padre andaba lejos y que cuando llegara le iba a visitar de inmediato.

Esa mentira el joven comenzó a repetirla cada vez que su abuela le preguntaba por su padre si tenía noticias de él. Este joven un día tuvo que decirle lo mismo a su padre cuando éste le preguntó por qué su madre no le visitaba. A lo que el su hijo le respondía que ella en cualquier momento aparecería por la casa, y esto se prolongó por muchos meses, siendo el joven portador de piadosas mentiras para explicar por qué madre e hijo no se podían encontrar. Ambos, su abuela como su padre fallecieron muy tristes con resentimientos mutuos sin saber por qué no se visitaron cuando más se necesitaban. Por cierto, si esto afectó a ambas familias el joven con los años perdió el sentido de determinación, de seguridad y autoestima, lo que le provocó tiempo más tarde problemas para resolver los problemas y desenvolverse en la vida. Una vez sabido esto realicé un trabajo en él de restructuración cognitiva para ayudarle a cambiar de pensamientos de culpabilidad que le anulaban y le quitaban la capacidad de desenvolverse en la sociedad y en la vida.

Como bien, desde el principio he dicho en este espacio que a veces basta con contar lo que nos sucede, para sentir un descanso y un relajamiento, y si se consigue un consejo adecuado puede contribuir a mejorar el equilibrio para proyectarse con mayor tranquilidad en la vida.

Podríamos desde hoy abrir un espacio en ML destinado a escuchar a los lectores que quieran presentar aquellas situaciones en las que necesitan un consejo o buscar una salida. Aquí mismo pueden recibir la respuesta y no es problema que lo puedan hacer con seudónimo y, en casos especiales pueden escribir directamente a mi correo electrónico para que yo les responda directamente también. Naturalmente las cartas que lleguen, si son largas se resumirán.

Este es una idea y un aporte a los lectores de ML que necesiten un soporte de alguien especializado que les escuche y que les pueda aconsejar sinceramente.

Reciban un cordial y fraterno saludo.

Víctor Aquiles Jiménez H.



SI DESDE YA TIENE ALGUNA CONSULTA QUE HACER, ENVÍENOS UN CORREO ELECTRÓNICO CON SU INQUIETUD A: magazinlatino@gmail.com Y ESTÉ ATENTO/A A LA RESPUESTA EN NUESTRA PRÓXIMA EDICIÓN.

 

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