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Los reyes
El rey de la selva y el Rey de España. Foto: Estiloextra.com/Webb.
 

23 de abril de 2012 | COLUMNA |

Carta abierta de un rey a otro rey

Por: Víctor Aquiles Jiménez H.

A Su Majestad Don Juan Carlos de Borbón, Rey de España.
Permítame Vuestra Majestad que me dirija a Ud.
El motivo de la presente trata sobre la cacería de elefantes y otros animales.

Mi Señor:

Vengo a presentarle la inquietud de mis súbditos, que es un decir, porque aquí en la selva africana somos todos hermanos y pese a mi rango y jerarquía soy uno más que debe asumir a veces el rol de soberano como hoy para hacerle llegar a Ud. Sé que Su Majestad es sensible e inteligente y que ha enfrentado en su vida como monarca situaciones muy delicadas, tanto como Jefe de Estado, de familia y enfermedades. Si me permite la confianza, yo he pasado las mías y eso me hace tener entereza para pedirle el gran favor de que no venga más a mi tierra en plan de cazador sino como socio, aliado y amigo nuestro. Verá Vuestra Majestad los elefantes están muy asustados, tristes y desconsolados, porque aquí llegan muchos humanos adinerados y con poder en sus tierras a matarnos y cazarnos por puro gusto, corrompiendo a los pobres de esta tierra con algunas prebendas para disfrutar de nuestro aniquilamiento. Los elefantes que son tan pocos, con lo que cuesta vivir merecen un mejor trato y consideración por parte de los hombres, ¿no ha pensado Vuestra Majestad que no haya más elefantes en todo el universo y galaxias y que los pocos que hay están en este mal cuidado y sufrido planeta?, ¿vale la pena entonces sacrificarlos por juego? Esto abarca a todos los animales y a vuestra especie. No entendemos esta falta de criterio con seres únicos.

Como colega suyo y rey de la selva y por extensión a todo el mundo animal del que ustedes mismos se han excluido por creerse superiores acudo a su alta investidura, inteligencia y sentido común para que Ud., mi Señor, abandone su disposición a la cacería de animales en vías de extinción y de animales comunes que no le hacen ningún daño a Su Majestad, a su familia, amigos, etc. Sé que si alguno de los míos hace, ataca o se defiende de un humano llegan cientos de policías y cazadores a darnos una batida feroz acusándonos de bichos salvajes, matando a inocentes por lo general, pero cuando ustedes nos matan por juegos, y diversión tanto de a uno, por cientos o miles, de manera cruel y calculada nadie dice nada o algo. Esta vez ha habido una excepción que queremos aprovechar porque de por medio está Ud. Su Majestad por ser rey de un país importante como España y por contar con mucha simpatía por su carácter comunicativo, bonachón y aires de buena persona y porque ha sufrido un lamentable accidente que ha dado la vuelta al mundo, se ha sabido y trascendido que uno de sus deportes favoritos es matar elefantes, le aseguro que así lo entiende la gente. Todo el mundo ha visto como se asesina un elefante en su territorio, en su hábitat natural con poderosas balas explosivas, lo que aparte de ser un crimen alevoso es indignante, rebaja la condición de los hombres y por cierto la suya. Esto ha salido a la luz como una consecuencia de su accidente en la cacería.

La opinión pública al darse por enterada se ha hecho una pésima mala imagen suya, debido a que aniquilar animales, precisamente elefantes, no es una labor de un rey, que debe siempre dar un buen ejemplo, algo que a Vuestra Majestad no le cuesta, lo sé porque cuenta con mi simpatía desde hace mucho tiempo a la fecha y por mi propia condición de rey que me lleva a estar enterado de que es lo que hacen todos los reyes en el mundo. Yo jamás he cazado a un ser humano, ni siquiera para demostrarme fuerte ante mis súbditos, me basta con la nobleza que me han otorgado para ser y sentirme importante. Veo con tristeza además que la opinión pública comienza a dudar de nosotros, los reyes, y es nuestro deber cuidar este trabajo y privilegio ¿qué sería de un mundo sin reyes ni príncipes ni princesas, me he preguntado muchas veces? Los cuentos infantiles basados en nosotros que han hecho soñar a generaciones de niños y niñas dejarían de tener significado, porque un mundo de cuentos y fantasía sin reyes ni princesas ni hadas no sería lo mismo. Los maravillosos cuentos clásicos que nos legaron los escritores del pasado no serían tan bellos si no hubieran reyes. No hay otra categoría de instituciones humanas con más atractivos, encanto y sugestión que la de los monarcas, para ambientar cuentos infantiles y juveniles. Somos necesarios para los niños y para escritores que nos necesitan para concebir sus fábulas y para la juventud que comienza a soñar con el amor.

En consecuencia, Majestad, los animales del planeta Tierra, aquellos que vivimos y resistimos en la selva y en sus propios hábitat, los migrantes y las mascotas del mundo, estamos realmente preocupados, tristes y avergonzados por lo que está sucediendo desde hace tanto tiempo injustamente con nosotros, que esperamos de los humanos y sus autoridades amor y protección. Nos conmueve profundamente ver y saber lo que muestra la televisión del mundo cuando nos asesinan cruelmente, y nos sentimos realmente desgraciados de no poder hacer nada, especialmente yo que ostento la calidad de rey, como Ud. Su Majestad, que se ha disculpado ante la opinión pública reconociendo su equivocación. Como ya lo ha hecho podría ahora interceder ante sus importantes amigos y en el mundo entero promoviendo una campaña verdadera de abolición de la cacería por placer de los animales. Usted que ha comunicado a su pueblo que se ha equivocado, si ha sido sincero, lo que no dudo, tiene una oportunidad de oro para erigirse defensor nuestro, luego de reconocer que ha estado equivocado, eso le granjeará de nuevo la admiración del mundo, de los niños y escritores que podrán inspirarse en su redención en pro nuestra. No desaproveche este consejo, Su Majestad, conviértase en un gran activista en la defensa de todos los animales, especialmente de los elefantes. Defiéndanos de la desidia humana para que no nos abandonen a nuestra suerte cuando hemos compartido todo desde la noche de los tiempos con ustedes. No olviden por favor que en la delicada cadena de la vida, los animales de las selvas, llamados salvajes, son tan necesarios como los silvestres y domésticos, que viven en la cercanía de los humanos. En ese eslabón, aportamos además de nuestro cariño y amor, trabajo, seguridad y confianza. Sabemos que miles de niños no pueden dormir pensando en los crímenes en contra de los elefantes que por desgracia han visto en la televisión e Internet, estos niños tendrán pesadillas por esas atroces imágenes emitidas. Los animales nos sentimos muy tristes, porque creíamos que al verlos entrar en una etapa de la evolución humana, teoría en la que ustedes creen, se iban a percatar por fin de nuestras existencias, reconociéndonos como útiles y amigables y otorgándonos un mejor trato igualitario y respetuoso.

Su Majestad, por eso le escribo esta carta, esperanzado que de la experiencia que Ud. ha tenido saque en provecho la iniciativa de erigirse líder mundial en la defensa del mundo animal para que dirija sus esfuerzos a encabezar la loable campaña de protección a los animales, sin distinción de raza ni especie, sean animales salvajes, mascotas caseras o de compañía. El mundo se lo agradecería y lo vería como su rehabilitación de la adicción a la cacería de mis súbditos que esperan de Ud. ese gesto de nobleza. Nosotros, seríamos los más agradecidos. Nunca es tarde para asumir causas nobles y señalar el camino a los demás.

Vuestra Majestad, muchas gracias por la atención de este correo, hago votos por su mejoría y completo restablecimiento en sus funciones de monarca.

Larga vida y Dios guarde a Ud., Su Majestad.

A continuación firmamos con los nombres de pila los dirigentes de nuestra asociación para que nos identifiquen y para que recuerden que no solamente los acompañamos sino que estamos con ustedes desde que el mundo es mundo y como si eso no bastara hay huellas nuestras en vuestro desarrollo desde que aprendieron a dibujar, a hablar a escribir y fabular. Pertenecemos además a vuestra mitología, para alegría de la infancia, de los niños, jóvenes y adultos desde hace mucho tiempo.

Esperando una pronta respuesta al rescate de nuestros hermanos firmamos con seudónimos los siguientes directivos que conforman mi reino en su organización mundial, seguro que recordará más de alguno:

Rómulo
Remo
Rocinante
La ballena de Jonás
Colmillo Blanco
Tom
Jerry
El ave Fénix
Minotauro
Centauro
Plata (el caballo del Llanero solitario)
Platero (y yo)
El gato con botas
El patito feo
El Principito
Bamby
Rin tintín
Lassie
Mona Chita
El oso Yogui
El conejo de la suerte
Beethoven (el perro)
Chip y Dale
Dumbo
Los tres chanchitos
El Lobo Feroz
El pato Donald
El pato Lucas
Peter Negro
Mickey Mouse
Pluto
Speedy González
Quique Gavilán
El pájaro loco
Súper Ratón
Porky
Cicerón
Tribilín
Pata Daisy
Minie
Clarabella
Piolín
Silvestre
Pancho Carioca
El gato Félix
Rufo Coyote
El Correcaminos
Hugo
Doña Tortuga
Paco
Luis
Rico Mac Pato
Condorito
El lobo de Gubia
Baghera la pantera
Sherekan
King Kong
El zorro filoso
El chupacabra
El gavilán colorao
Juan Salvador Gaviota
Ferdinando el Toro
Moby Dick
La zorra
El cuervo
Tico y Taco
Hero
Anárea Láctea
El sapito saltarín
Tiburón
El diablo de Tasmania
Sam, el perro más feo del mundo
Peluche
Paloma Blanca
El cóndor
El huemul

Y muchos y muchos más que por razones de espacio en esta publicación no podemos nombrar.

Atentamente,

Firman:

La Paloma de la Paz,
Secretaria

SM. El Rey León,
Presidente



León
El rey de la selva. Foto: Estiloextra.com.

 

Rey de España
El rey de España junto a una acompañante. Foto: Webb.

 

 

 

 

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