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Björn Ranelid y Peter Englund. Fotomontaje: Beatrice Lundborg/Jonas Eriksson

 

16 de enero de 2011 - SUECIA

La disputa de los letrados

En pleno invierno sueco la temperatura subió considerablemente la semana pasada, al menos en el ámbito cultural. Esto, debido a la disputa entre el mismísimo secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund y el escritor Björn Ranelid. ¿El motivo? Ranelid comentó, a raíz de su participación en el popular programa de televisión ´Let´s dance´ que los miembros de la Academia deberían hacer lo mismo: bailar; tras lo cual el secretario perpetuo contestó que cualquier cosa que mantuviera al danzante novelista alejado de la escritura le parecía bien. Ranelid reaccionó amenazando con empujar a Englund contra una pared y “dejarlo más pequeño de lo que ya es”.

Por: Marisol Aliaga

Quien crea que las peleas entre intelectuales no ocurren por estas latitudes del planeta se equivoca. La semana pasada se desató una disputa de proporciones entre el secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund, y el conocido novelista Björn Ranelid, que si bien no llegaron a agarrarse a trompazos - como en el caso de Vargas Llosa y García Marquez, en sus años mozos - se transmitieron amargas apreciaciones, por intermedio de los diarios, mails y de blogs.

Todo comenzó cuando Ranelid, eufórico por su participación en el popular programa de televisión ´Let´s dance´, declaró a la prensa: “Todos los suecos deberían atreverse a hacer esto. Sobre todo los miembros de la Academia Sueca, creo yo, necesitarían dejar la cámara y empezar a bailar”.

Ante lo cual el actual Peter Englund, bastante menos circunspecto que su antecesor, Horace Engdahl, se apresuró a contestar, en el blog de la Academia Sueca: “Tomo nota que Björn Ranelid me instó a seguir su ejemplo y a participar en realitys shows. Esto no va a suceder. En cambio, no tengo ninguna objeción en que él lo haga. Todo aquello que mantenga a Ranelid alejado de la escritura se acoge favorablemente”.

La respuesta ante el ácido comentario y la calificación literaria de Ranelid, de parte del secretario de la academia - que es la que cada año nombra al Premio Nobel de Literatura - contribuyó a que el escritor se sintiera humillado y con ganas de venganza, desahogando su frustración en los medios, donde afirmó:

- Lo que él ha hecho es un verdadero abuso. Hay que empujarlo en contra de la pared. Él no es alto, así que será fácil…/…él las va a ver duras, el pequeño hombre va a medir 1,34, antes de fin de año, afirmó, a Aftonbladet.

Según Ranelid, el secretario permanente decidió atacarlo de esta forma por envidia. “Él es un alma pequeña. Él nunca va a experimentar lo que yo he experimentado, el ser famoso en toda Suecia. Escribir autógrafos en las cajas de pago de Ikea y en las gasolineras. Los jóvenes me escriben cartas y me saludan en las calles y en las plazas. Nadie reconoce a Peter Englund. ¿No es mejor ser famoso, que ocupar un lugar escondido en la Academia Sueca?” comentó el novelista al vespertino Aftonbladet.

Y fuera de exigir una excusa de Englund, y de llamarlo “antiintelectual”, declaró, la semana pasada que devolvería los premios que recibidos de parte de la academia, uno por 100 000 y el otro de 80 000 coronas suecas. “Yo voy a dedicar mucho tiempo de mi vida en hacer que él se coma lo que dijo”, declaró el humillado novelista, añadiendo, entre otras declaraciones acerca de su grandeza como literato, que ningún otro escritor sueco ha sido más vilipendiado que él.

Sin embargo, una excusa de Peter Englund no está a la vista y el secretario permanente se limitó a declarar escuetamente:

- No tengo nada más que agregar que esto: Esta no es la primera vez que Ranelid se comporta como un típico matón de patio de escuela, que se pasea y echa la bronca y piensa que tiene derecho a pegarle a quien quiere y cuando él quiere, pero que después sale gritando a toda boca, cuando le llega un aletazo.

Desenlace

El caso es que, después de una semana, los ánimos de los dos letrados se calmaron considerablemente, y ambos han reconocido que se apresuraron en agredirse mutuamente. Englund recibió la crítica de sus colegas de la academia, por usar ésta como un foro para un desacuerdo personal con un colega, siendo la primera en pronunciarse la escritora, número 14 de la academia, su colega Kristina Lugn, quien afirmó que Ranelid era infantil, pero Englund debería haber hecho uso de otro foro. Sin embargo, una excusa de parte del secretario de la eminente academia no se ha visto ni tampoco se divisa.

Por su parte, Ranelid reconsideró su decisión de devolver sus premios – y sus correspondientes sumas de coronas – aduciendo que la intención de devolverlos fue porque estaba triste; mientras que Englund reconoció que la academia le había conferido los galardones porque se el multifacético escritor se los merecía.

 
 
 
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