02 de febrero de 2014 | SUECIA |
Ascenso y caída de Lexbase - el portal escandaloso
ESTOCOLMO: Unos días solamente se mantuvo en internet el sitio web Lexbase, que fuera lanzado con bombos y platillos luego de una rueda prensa a las 9 de la mañana del pasado lunes.
El sitio ofrecía la búsqueda y descarga de fallos jurídicos, partiendo de nombres, números personales o localidades.
- Seguramente son muchos quienes quieren evitar el contratar a artesanos que tienen un historial de antecedentes penales, dijo el abogado y vocero de la empresa, Pontus Ljunggren. Según él Lexbase contribuía a una sociedad más transparente.
Pero al día siguiente, y luego de amenazas de muerte, el abogado renunció a su cargo. Y el gerente y propietario de la empresa, Jonas Häger, de 26 años de edad, se mantiene escondido.
Si nadie se hace cargo de la compañía, la Oficina de Registro Empresarial cancelará la autorización legal de Lexbase.
Por otra parte, se han presentado más de cien demandas al Contralor general (JK) por difamación, de parte de personas que resultaron afectadas por la breve existencia en internet del polémico portal.
Por: Marisol Aliaga
"Nuestra visión es de una sociedad más abierta, más segura y, más transparente", fueron las rimbombantes palabras del jurisconsulto Pontus Ljunggren, de 45 años, durante la rueda de prensa que acompañó el lanzamiento del sitio web Lexbase, el pasado lunes 27 de enero.
La idea comercial de Lexbase era que, por una módica suma de dinero, el visitante (o usuario) se pudiera enterar si tenía algún vecino con antecedentes penales. O si era el caso del carpintero que se pensaba contratar, o de la persona que recién se acababa de conocer.
Lexbase daba la posibilidad de hacer una búsqueda basándose en el nombre, apellido o número personal de las personas, o incluso buscar en lugares geográficos, haciendo clic en un mapa. Con un solo límite: desde cinco años atrás.
Según el vocero de la empresa, Pontus Ljunggren, este tipo de búsqueda contribuiría a una sociedad más transparente.
En la práctica resultó ser un fiasco. Pero un fiasco peligroso. El primer día en la red, el sitio colapsó. Al día siguiente fue hackeado y miles de datos se filtraron al espacio cibernético. Nadie sabe, en la actualidad, las consecuencias que esto pueda llegar a tener, pero se cree que datos sobre cuentas bancarias de los usuarios se hayan filtrado y sean accesibles por quienes no deben.
En la práctica, Pontus Ljunggren renunció al día siguiente de haber presentado el portal, luego de ser amenazado de muerte.
Y el fundador de Lexbase, el gerente y dueño del 95 por ciento de las acciones, Jonas Häger, de 26 años de edad, no sólo sigue manteniéndose tras las bambalinas, sino que en la actualidad ha pasado a la clandestinidad.
¿El hombre más odiado en Suecia? Por lo menos durante la semana pasada. Häger se ganó la antipatía de muchas personas que vieron publicados en internet datos sumamente íntimos y delicados. A vista y paciencia de todos.
Aparte de eso, se adjudicó la animosidad de más de algún gánster, que quería mantener un bajo perfil.
- Él [Jonas Häger] es un chico que maneja programación en computación. Este es un proyecto técnico. Él es bastante joven, por eso pensó, y con razón, que el rol de vocero no era apropiado para él. Es por eso que yo me hice cargo de este, dijo al vespertino Aftonbladet Pontus Ljunggren el lunes pasado.
El problema es que ni Häger, ni Ljunggren midieron las consecuencias que Lexbase traería, en la práctica. Ni que la búsqueda de información no es correcta.
Por ejemplo, en Lexbase aparecen como condenadas personas que han sido absueltas en segunda instancia. En otros casos, y debido a un alcance de nombres, se acusa a personas equivocadas.
Aparte de esto, nombres y datos personales de las víctimas, quienes han querido ser anónimas, sn publicados, con nombre y apellidos, como es el caso de un joven hombre que fuera abusado sexualmente, y que hasta el momento había querido ocultar esto en su entorno.
Los errores de Lexbase son tantos, que quienes habían pensado que era algo bueno se dieron cuenta rápidamente que el servicio estaba lleno de falencias.
Rápidamente todos le volvieron la espalda a Lexbase, su proveedor de internet, la empresa Bahnhof - que también alojó, en su tiempo a Wikileaks - los desalojó de sus servidores.
Vocero de Bahnhof: "Contacten a su banco"
Bahnhof explicó a los medios que la seguridad del portal Lexbase no funcionaba y que se podrían haber filtrado datos de usuarios que habían comprado documentos en Lexbase y pagado via Paypal.
- Debido a la preocupación que tenemos por las personas que han visitado Lexbase y comprado fallos u otros documentos hemos cerrado el sitio - arrancamos el cable, simple y sencillamente. Estas personas han pagado con tarjeta de crédito y, via Paypal, han dejado datos de sus cuentas los cuales tememos puedan haber caído en manos de quienes no corresponden. Nuestro consejo a quienes han comprado es que contacten a sus bancos para controlar el movimiento de sus cuentas, expresó Jon Jordås, vocero de la empresa Bahnhof, al matutino Dagens Nyheter.
En estos momentos ni Häger ni Ljunggren responden por el sitio que lanzaran en conjunto, por lo que Bolagsverket (Oficina de Registro Empresarial de Suecia) dentro de un tiempo límite anulará la autorización empresarial de Lexbase.
2.000 coronas, canceló Häger a Bolagsverket, para obtener el permiso de editor responsable de Lexbase. Con esto, el portal es considerado como un medio de comunicación, y es protegido por la ley sueca como cualquier otro medio.
A pesar de que Jonas Häger, según Dagens Nyheter, ha estado anteriormente involucrado con criminales.
En efecto, el Dagens Nyheter ha dado a conocer que Häger se ha asociado con personas que posteriormente han sido condenadas por delitos graves.
El joven empresario no ha declarado ingresos desde el año 2007 y el más reciente data del 2006, cuando declaró al fisco la suma de 44.500 coronas.
Por intermedio de su vocero, Häger declaró a los medios que esto se debe a que él ha estado "viajando en un velero". Y que el dinero para financiar Lexbase lo obtuvo de personas que quieren ser anónimas. "Ángeles de la guarda", los llamó.
Hasta el momento nadie sabe quiénes son esos "ángeles de la guarda", pero sí se está al tanto de que estas personas financiaron el costo de fallos solicitados a La administración de los Tribunales Nacionales Suecos. Estos ascienden a la suma de más de 800 000 coronas suecas.
