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Obra artística realizada por Estoardo Barrios Carrillo
 

07 de enero de 2011 - SOCIEDAD - GUATEMALA

Cohesión social

El seis de enero, día de los Reyes Magos en el calendario gregoriano, culmina la época festiva y las celebraciones de fin de año, especialmente dedicadas a los niños, y termina también la pausa del descanso para los adultos, en quienes bajo el gusto y encanto que les suscita ese paréntesis de libertad, surgen esperanzas, anhelos y promesas ante un nuevo año que empieza con un ilusionismo recurrente que a medida que van corriendo los días se desvanece con ellos poco a poco para fundirse en un agobio rutinario, luego de haberse puesto en juego el potencial de cada cual con la opción ya sea de generar actitudes a favor del propio bienestar y el de la comunidad en que se vive o de permanecer indiferentes y pasivos por negligencia, ignorancia o dejadez.

Por: Consuelo Carrillo Meza

Sirva la anterior reflexión para introducirnos brevemente en los avances que en el mundo han logrado los programas de Cohesión Social, hoy expandidos en los cuatro puntos cardinales del planeta y al que nuestro país, Guatemala, se ha adherido con el propósito de conseguir una ciudadanía activa y fuerte sobre la base de un mayor bienestar social. Es un hecho ampliamente reconocido que la desigualdad socioeconómica ha sido en nuestros países del Sur un factor negativo que dificulta la agenda del proceso hacia identidades nacionales debido a los efectos de exclusión. Aunque se cuente con una cantidad de elementos de cohesión que brindan una identidad común, se necesita un cambio, el impulso de una evolución espiritual, cultural y material para consolidar pueblos sanos y robustos, en los que se considere a todos los ciudadanos como individuos y que sin ser anulados como personas constituyan el conjunto de todos, siendo partícipes conscientes, responsables e íntegros de una identidad colectiva. Hablo en plural porque esta no es una situación exclusiva de Guatemala, la América Latina después de Africa es el continente con mas desigualdades en el mundo globalizado, grandes sectores de la población se encuentran en estado de pobreza y no pocos bajo el látigo de la indigencia, sumados a factores de diferencias de carácter cultural, étnico y lingüístico.

Para nuestros países maltratados y heridos por una pobreza secular, que abarca a la mayoría de la población marginada, los programas de Cohesión Social han venido a ser una necesidad prioritaria de toda política gubernamental progresista, en función de la igualdad, la equidad y la justicia según pregona el evangelio cristiano introducido a América a raíz de la conquista europea; no obstante hoy en día, Cohesión Social ha surgido para en principio orientar su acción a establecer en todo el mundo, el derecho a las oportunidades y el acceso a los servicios básicos, asegurando de esta manera el bienestar común sin discriminaciones y tomando en cuenta la diversidad de factores locales y regionales que nos diferencian. Este es el motivo por el que hoy los países europeos están seriamente empeñados y preocupados por contrarrestar los efectos nocivos de la globalización, e impulsan asesorías para el financiamiento y ampliación de las políticas sociales por medio de las llamadas Transferencias Condicionadas y conciencian el principio de que la solidaridad y la unión constituyen un medio y un valor esencial, tanto para los países del Norte como para los del Sur, a favor de las clases sociales económicamente mas desfavorecidas con repercusión positiva para el progreso común.

En algunos estados de México se implementó hace un tiempo una campaña de concienciación del significado y valor del sistema de Cohesión Social, con el fin de evitar el desvío de recursos económicos. Se desplegaron pancartas, volantes, mensajes radiales y otras posibilidades bajo el lema "NO ROBAR EL DINERO DE LOS POBRES" a fin de dar a conocer y hacer respetar los objetivos de este nuevo sistema de ejercicio solidario en las comunidades. Obviamente, esta campaña iba dirigida tanto a los encargados de manejar los fondos para implementar los programas como a los presuntos transgresores que pudieran impedir que el dinero llegara a las áreas de montaña y a las aldeas mas alejadas de las zonas urbanas. Con ser rústicos en cierta manera, los resultados fueron satisfactorios. También hay que hacer mención de Santiago de Chile donde tuvo lugar la primera reunión preparatoria para la Cumbre de los Jefes de Estado cuyo objetivo fue el de afirmar las relaciones entre La Unión Europea y América Latina con relación a términos conjuntos de los programas de Cohesión Social.

Guatemala felizmente se ha integrado e implementa un programa de Cohesión Social que se desarrolla desde el 2008 con "Mi Familia Progresa" para beneficiar a los niños desfavorecidos de las áreas rurales y algunas zonas urbanas, a fin de evitarles el yugo del trabajo prematuro, puedan asistir a la escuela y tengan un control en materia de salud. Están en acción otros programas no menos importantes, pero si he ejemplificado éste relacionado con los niños, es porque ellos, en todas partes del mundo, y en particular los nuestros, son merecedores de este invaluable regalo que no viene de los Reyes Magos sino del celo y el amor de sus dirigentes que han comprometido el destino del país con la comunidad internacional, bajo el entendido de que los niños representan el futuro de todo país.

En el fondo del corazón humano vive latente el deseo de que se integre y llegue a circular en los cinco continentes el vínculo de una comunidad universal para alcanzar la paz, la alegría de vivir y la felicidad de todos los ciudadanos del mundo. Este ideal, que no es utópico, creo que puede alcanzarse y concretarse con programas de Cohesión Social, que ya por fortuna se están implementando tanto en países del Norte como en algunos del Sur que anhelan la modernización de sus sistemas de vida. Finalmente, me he permitido discurrir acerca de este tema como Trabajadora Social guatemalteca. Pertenezco a la primera promoción de Trabajadoras Sociales egresadas en 1953 de la Escuela de Servicio Social adscrita al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Desde esa lejana época compartí con mis compañeras de promoción, el sueño de laborar y contribuir con nuestro esfuerzo al logro de una sociedad guatemalteca mejor y más justa. Recuerdo ahora a nuestros catedráticos Lic. Graciela Quan de Reina y al licenciado Oscar Barrios Castillo, a mis compañeras Elisa (Molli) Molina de Sthal, Ruth García Granados, Isabel Irigoyen, Lili Zachrisson, Clemencia de Cofino, Concha Deras, Julieta Hernandez , Agnes de Irigoyen y a las asesoras por las Naciones Unidas Doctora Helena Irazi Junqueira de Brasil y Mónica Diaz de Finat de Chile. La Escuela fue posteriormente anexada a la Universidad de San Carlos.

 

 
 
 
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