24 de octubre de 2011 | SOCIEDAD
Temas de consumo – Los Indignados
¿Un movimiento espontáneo nacido de la nada para nada?
La fuerza de convocatoria de los Indignados es lo suficientemente considerable como para no tomarla en cuenta y hacer de cada convocatoria y desplazamientos un hecho que llame la atención, cree simpatías y más adeptos, la forma de crecer con paradigmas tan sencillos como protestar por asuntos que los tienen hasta la coronilla, es lo que hacen la mayoría de los partidos en todas partes, que tienen frases recurrente como "cambio", que los Indignados interpretan como un cambio de protagonistas políticos y que todo seguirá igual. Los Indignados quieren cosas puntuales, sin trámites, sin burocracia, sin promesas, sin dilaciones ante la dura realidad del cada día que exige soluciones a los problemas de la mayoría.
Por: Víctor Aquiles Jiménez H.
La crisis ha sido el fenómeno que ha llegado a enfurecer a la gente que no entiende los vaivenes de la política de mercado, no entiende el negocio de los bancos ni de las instituciones que los manejan, no entienden que grupos económicos pequeños, pero inmensamente poderosos produzcan la ruina de países ricos, se enriquezcan más en desmedro del pueblo, de los trabajadores, de la clase media y profesionales que ven reducidas sus fuentes de trabajos, sus viviendas y recortes de beneficios sociales en la llamada sociedad del bienestar. Esta rabia que por antonomasia se ha canalizado a través de los tradicionales partidos de izquierda y sus propuestas, hoy pareciera necesitar otra plataforma más directa, sin burocracia ni líderes, sino que pensando, concatenando bajo un criterio común las acciones a seguir cuyas demandas sean satisfecha de inmediato. El movimiento crece, despierta la atención de los medios por la rapidez con que juntan y comparten las informaciones y proclamas.
¿Qué es lo que permite que funcione un movimiento como el de los Indignados?
Hemos visto que causas políticas desajustadas de la realidad, cansancio de la gente, pérdida de confianza en sus representantes, en las instituciones y en las personas y el sistema capitalista de libre comercio y explotación de los recursos humanos y de la naturaleza, es decir, las razones están en los pilares de nuestra sociedad moderna que no está respondiendo a las exigencias de la gente que espera más, mejores condiciones de vida y se encuentra espléndidamente comunicada lo que le da más capacidad de movilización y acción, cosas impensadas en otras décadas y épocas.
Emoción y supervivencia
Y desde un punto de vista emocional, la idea de expresarse "indignadamente" de manera pacífica, casi festiva y efectiva, atrae a los participantes a formar parte de un movimiento tan complejo y acéfalo, con una conducción y un pensamiento colectivo poco tradicional y novedoso basado en ideas comunes, de valor e interpretación orgánica, biopsicológica, que cada vez crece y se fortalece más ante el estupor de las fuerzas convencionales de agrupaciones canalizadoras de corrientes de opinión como son los partidos políticos y sus representantes que miran con inquietud este surgimiento social masivo que amenaza con sobrepasarles y repasan sus discursos, sus planteamientos, dogmas y ofertas habituales. Claro, recelan, y buscan explicaciones fáciles como la crisis, la corrupción política, no generalizada, la burocracia y otros estamentos que bien conocen, igual para todos los partidos y opciones partidarias. La pregunta es por el futuro de los Indignados y destino. Comienzan a salir opiniones interesantes sobre el origen y causas de tipo sociológicas que interpreten este movimiento espontáneo de gente indignada y hay algunas muy interesantes como la del sociólogo polaco Zygmunt Bauman (El País, 17 de octubre de 2011), el llamado padre de la "modernidad líquida" que advierte que el 15-M acabe evaporándose porque "es emocional y le falta pensamiento" y presenta luego de algunas preguntas respuestas precisas y agudas incuestionables desde su afamaba óptica.
Al referirse este famoso experto a la emoción, da la sensación de que ve en ella un grado menor del intelecto humano, la emoción puede ser un grado de inestabilidad intelectual, más aún si es colectiva, lo que quiere decir que una turba sólo puede "sentir" impulsos que interpreten a la mayoría por igual, por reflejos idénticos, así como una manada de bueyes ante la presencia de un peligro común, un enemigo de la especie. En pocas palabras esa emocionalidad es primitiva y poco útil, un sentimiento cuyo destino es desaparecer por inocuo. Habría que agregar que el fenómeno no es si los Indignados tenga o no los tipos de organización, jerarquía y principios de una organización social normalizada como la nuestra, el fenómeno es en sí valioso por su existencia brotada de las contradicciones y limitaciones del sistema neo liberal actual existente.
Los Indignados un movimiento espontáneo por la supervivencia de la especie
Para mí, ya que el experto se ha referido a la "emocionalidad", ha mencionado una función biológica, neurológica, una función cerebral propia y desarrollada de nuestra especie, porque somos capaces de sentir emociones, tanto agradables como desagradables, y gracias a ellas generamos pautas de conductas positivas o negativas, y me voy a referir a las negativas. Frente a calamidades telúricas, terremotos, tsunami, catástrofes, accidentes, etc., sale a relucir un espíritu común, una voluntad común, regido por el cerebro que activa el instinto de supervivencia.
Entonces estaríamos en que el cerebro humano hoy, ha llegado a percibir que la especie humana está en peligro, frente a un peligro serio, y obliga a la "estampida", en este caso una estampida racional y no de pánico. Y creo que es esto lo que realmente vale del movimiento Indignados, que demuestra que es una acción defensiva de reflejos, instintiva, donde aparecen maneras comunes de organización elemental, que permiten la cohesión y dirección a "una" tendientes a la salvación ante un peligro también "intelectualmente emocional", porque se siente, se sabe que existe, por los problemas que provoca como una enfermedad contagiosa en el cuerpo y alma y donde más se siente es en el estómago, lo que le hace una enfermedad fisiológica, "el dinero no se come" dicen algunas pancartas, lo que quiere decir que hay la necesidad básica de alimentarse, que hay hambre, que hay miedo al hambre y que los medios de producción y la conducción política no están abasteciendo ni satisfaciendo los estómagos de la gente. Este sentimiento tan antiguo, llevó a los humanos a grandes desplazamientos en la búsquedas de fuentes de alimentación y hoy se ha activado instintivamente, porque está en el aire el perfume del peligro, el perfume del peligro que amenaza a la especie, y la salida a ese peligro es enfrentándolo, buscando la aglomeración, el acto de fuerza de cohesión social, no puede haber el discurso racional político, filosófico que enardezcan a las masas, porque las masas están enardecidas por su propia naturaleza ahora, que es la búsqueda de garantías que permitan la vida. Es temprano todavía para que aparezcan líderes, porque el sentido común es el que está funcionando "el piloto automático de la especie" como en otros animales que vuelan, echan a correr ante el peligro. El movimiento global de los Indignados puede durar todo el tiempo que dure la sensación de peligro, puede ser de larga o corta duración, depende ahora solamente de la sociedad organizada, depende de los dirigentes que manejan los destinos de todos, de la capacidad de llenar las exigencias de los indignados que somos todos para que un gran cuerpo social movilizado en son de paz se aquiete y disuelva una vez que presienta que el peligro a la especie ha desaparecido.
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