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Venus
Bella imagen del tránsito de Venus. Foto: astrofotografen.se.
 

06 de JUNIO de 2012 | SOCIEDAD - CIENCIA |

El último tránsito de Venus en nuestras vidas

El miércoles por la mañana es [fue] la última oportunidad en 105 años para ver el tránsito de Venus. Los dos que ocurrieron en el siglo XVIII fueron el punto de partida de la colaboración científica mundial.

Fuente: DN 03-06-2012 Karin Bojs. Traducción: Magazín Latino

Hace ocho años atrás vimos el primero de los dos tránsitos de Venus en nuestro siglo. La
mañana había estado nublada, pero a mediodía aclaró sobre la loma del observatorio en Estocolmo. Y verdaderamente, un pequeño círculo negro se veía claramente contra el gran círculo amarillo del sol. Nuestro planeta vecino, Venus, el mellizo de la tierra, sólo un poquito más pequeño y con mucho más efecto invernadero.

Para mi, y la mayoría de los espectadores actuales, el paso de Venus es más que todo una
experiencia emocional – un recordatorio del lugar del ser humano en el sistema solar y en el
cosmos. Por el contrario, doscientos cincuenta años atrás los dos tránsitos de Venus en 1761 y 1769, fueron el desafío científico más importante del mundo. Con él comenzó la colaboración internacional que caracteriza las investigaciones de hoy día.

- Entonces nació el pensamiento moderno, dice la historiadora Andrea Wulf.

Ella publicó recientemente el libro "Persiguiendo a Venus". Se basa en una cantidad de
documentos escritos contemporáneos, principalmente cartas y protocolos de la Real Academia de Ciencias en Suecia, que fue uno de los principales actores.

En el siglo XVII los astrónomos tenían claro que la Tierra y los otros planetas orbitan alrededor del sol. Podían también calcular la distancia relativa entre los cuerpos celestes. Pero la absoluta distancia entre la Tierra, el sol y los planetas estaba en discusión.

El astrónomo británico Edmond Halley, a los sesenta años de edad publicó ya en 1716 un
desafío a sus colegas más jóvenes. Entendía que él no vería el próximo tránsito de Venus en
1761. Pero calculó que entonces se podría decidir la desconocida distancia con la ayuda de
la llamada triangulación. Había que hacer observaciones lo más al norte y lo más al sur de la
Tierra posibles, y anotar al segundo cuando el tránsito comenzaba y terminaba.

Mientras más observaciones de diferentes lugares, más posibilidades que el proyecto tuviese éxito.

Cuando el tránsito en 1761, comenzó a acercarse, cientos de astrónomos en Europa y América del Norte habían escuchado el desafío de Halley. Prepararon viajes al norte y al sur. Pero
encontraron muchos obstáculos en el camino. Varios de los Estados involucrados estaban en
guerra.

Entre otros, fue la experiencia del astrónomo francés Guillaume Le Gentil. Quiso observar el
tránsito de Venus de 1761 desde una colonia francesa en India. Pero a causa de la guerra no
pudo desembarcar. El barco a velas en el que se encontraba se balanceaba demasiado, así que se perdió el paso de Venus.

Entonces Le Gentil se decidió a quedarse en India ocho años para ver el tránsito de Venus en
1769. Pero esta vez estaba nublado.

El resultado de 1761 no fue suficiente para resolver el problema de la distancia en el sistema
solar. Además de nubes y guerra las observaciones se complicaron por mala sincronización.
Los relojes de la época no eran muy precisos. Además los astrónomos se burlaban de Venus
mismo, que entraba y salía de la esfera del sol en la forma de una gota borrosa y alargada a causa de su, hasta entonces desconocida, atmósfera.


Cuando fue hora del tránsito de 1769 las condiciones en muchas formas eran mejores.
Regentes como Catarina la Grande de Rusia, Georg III de Inglaterra y Kristian VII de
Dinamarca estaban muy involucrados. Había más dinero para las expediciones, los instrumentos eran mejores y varias de las guerras habían terminado.

Esta vez también muchas de las observaciones fueron afectadas por tiempo nublado. Pero la
suma de todas las observaciones exitosas durante los dos tránsitos fueron lo suficientemente
buenas como para calcular la distancia entre la Tierra y el sol.

Varios suecos contribuyeron. Pehr Wargentin era el Secretario de la Real Academia de
Ciencias y manejó una gran parte de la coordinación. El discípulo de Linné, Daniel Solander
acompañó al barco británico Endeavour a Tahiti. Anders Planman viajó a Kajana en
Finlandia, que entonces era territorio sueco y Fredrik Mallet viajó a Pello, Finlandia, por
mencionar algunos.

- Escandinavia fue muy importante, particularmente las observaciones de Planman en Kajana,
dice Andrea Wulf.

Con los tránsitos de Venus en el siglo XVII el conocimiento dio un gran paso adelante, con mejores mapas, mejores relojes e instrumentos científicos, mejor conocimiento de los diferentes continentes y mejores contactos entre los científicos de los diferentes países.

Hoy día el tránsito de Venus es más que nada una experiencia para el público interesado. Pero algunos astrónomos profesionales lo mirarán con particular interés. Son los que estudian planetas en otros sistemas solares. Los así llamados planetas exo pasan delante de su estrella de la misma forma que Venus lo hará el miércoles, sólo que mucho más lejos de nosotros.

 

 


 
 
 
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