04 de agosto de 2014 | COLUMNA |
Las malas prácticas de EE.UU. y el vergonzoso liderazgo de Barack Obama
Por: René Barraza Pizarro
Antes, era tolerante a las películas de alto contenido morboso de Hollywood; como buen cinéfilo, disfrutaba las escenas violentas, mutilaciones, desmembramientos, hasta llegar al final del filme, donde los protagonistas salvaban ilesos y destruían a los criminales o sádicos. Hoy, por una situación circunstancial, no meditada, aconteció que llevaba un par de meses alejado de esta práctica, y al momento de ver una película de esa línea en la televisión por cable, me llamó profundamente la atención que no me gustó, es más, al término de la cinta quedé con una sensación de náuseas y desagrado. Tal vez, es muy rápido sacar conjeturas, pero trataré de continuar con este cambio, intuyo que algo se va a producir.
Me resulta curioso que esta misma sensación de repulsión me ocurre con las noticias, evito ver imágenes fuertes. Por ejemplo, desde que comenzó la barbarie de Israel, no he sido capaz de mirar ningún registro visual de este genocidio, lo llamo así porque esta calificación aplica precisamente a los hechos ocurridos en la Franja de Gaza, el genocidio es un delito internacional que comprende cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. El término fue estampado por el jurista judeo-polaco Raphael Lemkin, quien en 1939, había huido del holocausto nazi, y esta definición casi irónicamente designa claramente los actos de limpieza étnica, cometidos por el gobierno de Israel contra el pueblo palestino.
El 23 de julio, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó en Ginebra iniciar las investigaciones sobre posibles violaciones a los derechos humanos y crímenes de guerra cometidos por Israel, en la ofensiva militar realizada en Gaza. Respecto de esta votación, cabe señalar que de los 47 miembros que conforman el Consejo, 29 votos aprobaron la resolución de investigar, entre ellos todos los países de América Latina apoyaron la moción; 17 países se abstuvieron, en general fueron los países de Europa, y sólo hubo 1 voto en contra, Estados Unidos.
La palabra sensatez, que proviene del latin sensus (acción de poseer buen juicio), permite suponer que en un sufragio de esta naturaleza, en donde existe un organismo internacional que debe velar por los derechos humanos del orbe, y que en materia de someter a revisión los ataques a la Franja de Gaza donde existe más de 1.400 muertos, 8.000 heridos y que de estos más de 2/3 son civiles, mujeres y niños, que los ataques han sido focalizados a la población, escuelas y hospitales, pareciera que el sano juicio debiese ser categórico y unánime. Sin embargo, dado el resultado, no es sensato primero abstenerse y segundo oponerse.
Otra vez Estados Unidos ha demostrado con este voto en contra que está muy lejos de ser el país garante de la paz, la democracia, la libertad y menos de la justicia. No sólo es insensato haber votado en contra; también lo han sido las declaraciones insensibles de Barack Obama y sus llamados de apoyo a Netanyahu, para que iniciara el ataque terrestre; de nada sirvió las opiniones sinceras y tras bambalinas de una entrevista a John Kerry, sobre la necesidad de frenar el ataque israelí o su definición de Apartheid; la política norteamericana y Obama insisten en continuar con este exterminio, ahora seguirán financiando militarmente a Israel con $225 millones de dólares.
Al igual que en los eternos rodajes de Hollywood, donde los norteamericanos salvan a la tierra de villanos, terroristas y dementes; pareciera que en este mundo definitivamente vivimos una película, pero una en que los roles están invertidos, y los héroes o paladines de la justicia son alienígenas disfrazados, que proponen siniestramente la destrucción del planeta y los valores de la humanidad; hablan de paz y flagrantemente fabrican guerra y armas, las suministran y son capaces de cometer los crímenes contra simples civiles, llevando horror, muerte a hogares, escuelas y hospitales.
Mientras me opongo a mirar este artificio bélico y sus crudas imágenes, pero no a callarme; mientras la sensatez de la ONU lleva a investigar en esta hora cruenta; mientras líderes honestos como la Alta Comisionada de los derechos humanos de la ONU, Navi Pillay, denuncian, luchan y cumplen con su rol encomendado; levanto mi voz para decir que no sólo Israel y sus líderes tienen las manos ensangrentadas, también tú, Barack Obama, también tú, tienes las manos sucias de sangre y muerte de civiles; también tú, te has convertido en un criminal del holocausto; también tú, mereces ser llevado a tribunales de guerra.
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