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Troy Davis

Troy Davis ha pasado dos décadas en una cárcel en Georgia, USA. Foto: extremeliberal.wordpress.com.

 

22 de septiembre de 2011 | MUNDO | EE.UU.

El Supremo de EE UU retrasa la ejecución de Troy Davis

GEORGIA: Faltando solamente minutos para que se llevara a cabo la ejecución de Troy Davis, caso que ha provocado la indignación de la opinión mundial internacional, el Tribunal Supremo dio a conocer que solicitaba una prórroga, para examinar nuevamente su caso. Siete de los nueve testigos claves del proceso se habían retractado de sus declaraciones anteriores y la fiscalía no ha logrado presentar evidencia técnica alguna. Sin embargo, el Estado de Georgia había determinado ejecutar a Troy Davis, a pesar de la presión nacional e internacional. El Consejo Europeo, Amnesty International y el Papa, entre otros, han abogado a favor de Davis, luego de que una solicitud de último minuto al Tribunal de Perdones de Georgia fuera rechazada. Este miércoles fue paralizada la ejecución de Davis, a escasos minutos de que una inyección letal terminara con su vida.

Por: Marisol Aliaga

El canal norteamericano de televisión Democracy Now transmitió este miércoles una cobertura especial acerca de Troy Davis, quien sería ejecutado en la prisión de Georgia a las 7.00 p.m. (hora local). Y, exactamente a esa hora (la una de la madrugada en Suecia), Amy Goodman, la conductora del canal y su interlocutor se miraron el uno al otro, guardando un breve silencio. Sin embargo, cuando habían pasado solo un par de minutos, un rumor y unos gritos de alegría recorrieron la inmensa multitud que se había apostado a las afueras de la prisión. Y se supo la buena noticia. Faltando pocos segundos para que se apagara la vida de una persona – de quien muchos aseguran, es inocente – el Supremo decidió retrasar la ejecución.

Este retraso no significa que se anula la pena capital, pero da un resquicio para que tal vez se esclarezca, de una vez por todas, el caso de este hombre de 42 años que ha pasado dos décadas en prisión por un crimen que tal vez nunca cometió.

El caso de Troy Davis ha conmovido al mundo entero. En 1989 fue culpado del asesinato de un policía (de raza blanca), de 22 años, en una riña callejera. A pesar de que el arma homicida nunca pudo ser encontrada, ni se aportaron pruebas técnicas de ADN, el joven Davis fue condenado en 1991 a la muerte, en un juicio que muchos calificaron de presentar serias connotaciones racistas, a tal punto que sus abogados lo han calificado de un "un Jim Crow moderno".

También se ha evidenciado que los testigos fueron influenciados por la policía. Siete de los nueve testigos claves se han retractado más tarde de sus declaraciones, y han asegurado que si supieran lo que saben hoy día, no habrían señalado nunca a Davis como el asesino. Otras personas han afirmado que el verdadero asesino del policía Mark McPhail se encuentra en plena libertad, y se ufana de ello.

La viuda de Mark McPhail, sus hijos y su madre, por su parte, han querido "cerrar el caso" y "que se haga justicia", y han exigido a la corte que lleve a cabo la ejecución, a pesar de las dudas que existen respecto a la culpabilidad de Davis.

"Mi hijo estaba lleno de vida, se hizo policía para protegernos y resultó herido de muerte al ayudar a un pobre hombre". "Davis es culpable y debe morir", dijo la madre del policía asesinado, Anneliese McPhail. "Nosotros hemos sufrido todos estos años, ese hombre merece morir", dijo su viuda. Se cree que las exigencias de la familia McPhail, de venganza, han sido determinantes en la decisión del Tribunal de Perdones de no aceptar el recurso de clemencia elevado por los abogados de Davis.

Pero, estas dos décadas no han sido fáciles para Troy Davis, quien sigue alegando su inocencia. Tres veces se ha paralizado su ajusticiamiento, con las implicancias sicológicas que esto conlleva, según expertos en esto, "una verdadera tortura".

 

Esta vez las esperanzas eran pocas. Amnesty International dio a conocer esta semana una carta en la cual Troy Davis anima a todos quienes han seguido su caso a continuar la lucha en contra de la pena capital. "La lucha por la justicia no se acaba conmigo", dijo Davis, quien sería sometido a un examen médico y vigilado en extremo, con el fin de que no fuera a quitarse la vida. Sería el estado de Georgia, quien determinaría cuando, donde y como Davis debía morir. A las 7.00 p.m. en punto sería atado a la camilla y se le inyectarían tres compuestos distintos, lo cual significa una muerte lenta, dolorosa y segura.

Sin embargo, Troy Davis se ha mostrado íntegro y tranquilo, cada vez que le ha tocado verse cara a cara con la muerte. "Esta lucha es por todos los Troy Davis que vinieron antes que yo y todos los que vendrán después de mí", ha dicho. "Estoy de buen ánimo y estoy orando y en paz. Pero no voy a dejar de luchar hasta haber exhalado mi último aliento".

Su abogado declaró que solamente le han preocupado su madre (quien falleció este año, poco después de saberse la negativa de prórroga del tribunal) y sus hermanas, quienes han luchado por él durante todos estos años.

Una de ellas, Martina Correia Davis, es la gestora principal de la tremenda campaña nacional e internacional que se ha originado en torno a su hermano, reuniendo más de un millón de firmas de protesta. Incluso después de enfermar de cáncer ha seguido luchando por él. Según ella, su hermano es un símbolo de todos quienes han sido condenados a muerte en EE.UU. injustamente. "Cualquiera de nosotros puede convertirse en un Troy Davis", ha dicho.

Este miércoles, en un emotivo discurso, Martina Correia Davis se levantó de la silla de ruedas en la que se encuentra postrada, debido a su convalecencia, y exclamó:

"Yo soy Troy Davis.
Tú eres Troy Davis.
Nosotros somos Troy Davis".

 

 


 
 
 
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