El poder de la naturaleza junto al ingenio del hombre

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La majestuosidad de la cordillera de los Andes. Localidad precordillerana de Puente Negro. Foto: Lilian Aliaga.

02 de diciembre de 2014 | COLUMNA |

El poder de la naturaleza junto al ingenio del hombre

Por: Lilian Aliaga

El día luce amenazante, las nubes bajas y obscuras parecen estar dispuestas a dejar caer su carga de agua en cualquier momento cuando una veintena de representantes de juntas vecinales del cajón cordillerano abordamos el bus que nos llevaría a internarnos a la cordillera. Nuestro destino: el sector llamado San Andrés, en plena cordillera de la sexta región de Chile, 70 Km. al interior de la ciudad de San Fernando.

El motivo de esta aventura: asistir a la inauguración de una nueva Central Hidroeléctrica de pasada:” San Andrés”, de la empresa HydroChile, y desde que comenzaron los trabajos - hace ya varios años - nuestros vecinos en estos rincones montañosos de nuestro país.

En nuestro papel de dirigentes vecinales, hemos tenido una estrecha comunicación con esta empresa y otras que han estado desarrollando proyectos de generación de energía eléctrica en la zona. El impacto causado por su instalación en el lugar ha afectado fuertemente la vida de nuestra comunidad, generando una diversidad de conflictos y también relaciones amistosas con sus trabajadores, especialmente con los encargados de la llamada Responsabilidad Social Empresarial, con quienes siempre estamos en conversaciones tratando de lograr acuerdos para mitigar el impacto que las faenas propias de esta actividad producen y la necesidad de ir dando una solución que satisfaga las demandas de los habitantes del lugar.

A las 9:30 hrs. del día lunes 24 de noviembre parten los buses desde la localidad precordillerana de Puente Negro. Poco a poco vamos subiendo más y más, el paisaje cambia ante nuestros ojos, la tupida vegetación va dando paso a especies de menor tamaño, vegetación adaptada a los rigores de la nieve y los fuertes vientos, alcanzo a divisar una variada y multicolor exposición de bellas flores: alstroemeria amarillas, anaranjadas, rosadas; cardos de maravillosas flores blancas similares a amapolas bordeando el río Tinguiririca en un amplio trayecto y más arriba las exóticas flores de los chaguales, enormes, de un aspecto prehistórico y un extraño color calipso metálico. Cómo quisiera detener el vehículo que nos transporta para admirarlas de cerca y capturarlas con mi lente…

Al cabo de casi dos y media horas de viaje en un recorrido que nos ha llevado a 1.900 metros de altura sobre el nivel del mar y cuando ya el multicolor de la flora ha dado paso a la diversidad de matices de la piedra, arribamos a nuestro destino. Descendemos del bus “acomodando nuestro esqueleto”, el camino ha sido bien “poco amigable con los huesitos”, como diría más adelante uno de los jefes del proyecto en su discurso. No bien pongo los pies en tierra y miro a mi alrededor, el cansancio y la incomodidad desaparecen por arte de magia para dar paso a una sensación de estupor, de pequeñez. La majestuosidad del pétreo paisaje me sobrecoge, gigantescas rocas que parecen haber caído recién desde las alturas de las montañas que nos rodean y acogen están ahí, bien dispuestas y ordenadas bordeando el camino que conduce a las instalaciones de la Central.

También me sobrecoge, lo mismo que a otros invitados con los que intercambio palabras, la grandiosidad de la capacidad humana, capacidad para insertarse en un medio tan adverso, para convivivir con una naturaleza tan indómita. Las banderas de Chile, Alemania y Estados Unidos, estos dos últimos países inversionistas en este proyecto, flamean en medio de nuestra cordillera, muy cerca del lugar en el que cayó hace ya muchos años el avión con los deportistas uruguayos protagonistas del llamado “milagro de Los Andes”.

Don Sergio Catalán. Foto: Lilian Aliaga.

Durante la ceremonia los discursos de diversas autoridades hacen alusión a ese hecho que conmovió al mundo. Uno de los directores de la empresa es uruguayo, y al hacer su discurso dedica un emotivo recuerdo a sus compatriotas, homenajeando al arriero que encontró a los sobrevivientes de esa tragedia. Don Sergio Catalán, acompañado de algunos familiares, se encuentra presente, ha sido especialmente invitado para la ocasión, muy viejito, camina con gran dificultad pero muy bien dispuesto a conversar y hacer recuerdos de sus andanzas por estas montañas.

Terminado el evento, y luego del recorrido por las instalaciones generadoras de energía que, según nos han explicado, corona el esfuerzo y el difícil e intenso trabajo de cuatro años y que aportará
40 MW al Sistema Interconectado Central gracias a sus dos turbinas impulsadas por la fuerza de caída de las aguas que luego son devueltas a su cauce, reflexionamos con otros vecinos.

El poder de la naturaleza y el ingenio del hombre, una asociación que hay que trabajar y perfeccionar en bien de las generaciones futuras. Un camino difícil para lograr consenso por el impacto que inevitablemente provoca en la vida humana, la flora y la fauna cualquier intervención de este tipo, pero a la vez, tan necesario para el desarrollo y el progreso de las naciones.