14 de enero de 2011 - COLUMNA
Se va a llamar Laura
Por Juan Mella
Ya no falta mucho para el gran día de mi vida. Y ahora ya me estoy poniendo un poco nervioso, porque pienso mucho en como todo va a suceder. Estaré en el trabajo cuando me llame mi esposa y me diga: “Juan, es la hora”. Yo creo que el pánico me volverá loco. Tomaré un taxi tomare y volaré a casa. Por eso espero mejor que la hora llegue cuando esté en casa. Quiero estar al lado de mi esposa cada minuto y ser su apoyo máximo.
Pero hablando de otro tema, muchos me han preguntado como escogimos el nombre de la niña.
Para empezar habíamos escogido dos nombres, cuando no sabíamos que sexo tenía. Si hubiera sido un niño, habríamos elegido el nombre de Leonardo. Como va hacer una niña la llamaremos Laura. En lo personal, me encantan los nombres que empiezan con la letra L. Pero ¿por qué justo Leonardo y Laura?
Leonardo, porque yo soy un fanático del gran maestro Leonardo Da Vinci. Qué gran hombre fue. Multifacético y con muchas profesiones. Muy inteligente y además una persona que no compartía mucho la vida religiosa. Yo me identifico mucho con él. Sus libros, sus pinturas, sus escritos me han mostrado como poder vivir una vida feliz, como la que tengo. Por eso queremos ponerle a nuestro futuro hijo justamente Leonardo. Además, si pensamos bien, nunca los amigos y los seres cercanos lo llamarán Leonardo. Al principio tal vez todos le dirán Leonardo, pero con el tiempo le dirán Leo. Lo cual lo acepto.
Laura fue el nombre escogido por mi esposa. Habíamos escogido el nombre Leslie, y luego lo cambiamos al nombre Leticia. Como ven, todo con L. Pero Laura fue la desición final. Mi esposa es una fanática al 100 % de la artista Laura Pausini, y se nos hizo fácil escoger entonces.
Ahora, estos nombres no están solamente tomados pensando en nuestros ídolos. Queremos al mismo tiempo que nuestros hijos tengan un nombre internacional y neutral. Lamentablemente vivimos actualmente en un país donde el racismo no deja de ser considerable, y el nombre que uno lleva es muy importante. Esto lo digo por experiencia propia. Yo me cambié de apellido al casarme. Mi apellido antiguo era Sagredo pero al casarme lo cambié por el de mi esposa que, es Mella. Mella es un apellido Italiano, viene del latino y es muy común en los países europeos, donde vivimos. También es mucho más fácil escribir Mella que Sagredo. Bueno para un sueco es más fácil, para un hispano da lo mismo.
Es tan aburrido que siempre que te preguntan tu nombre te hagan una segunda pregunta: “¿Cómo se escribe?” Cuantas veces no nos ha pasado eso. Por eso pensamos que los nombres de nuestros hijos sean simples. También es muy común en Latinoamérica poner un segundo nombre, los cuales nosotros tenemos, pero nuestros hijos no tendrán. Laura se llamará simplemente Laura Mella y Leonardo se llamara Leonardo Mella.
Ha sido un análisis más o menos esto de poner nombres. Pero hemos pensado en todo. Tiene que ser internacional, tiene que ver algo con nosotros, en lo personal, tiene que ser simple y fácil de escribir y pronunciar y lo más importante: que tiene que ser un nombre bonito con un significado bien puesto.
Columnas anteriores
Voy a ser papá
¿Por qué muerden los perros algunas veces a los niños?
El crecer sin un padre
La envidia
Lo más destacado del 2010
