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La boda de Yohanna y Juan
 

28 de enero de 2011 - COLUMNA


Hasta el fin del mundo

Por Juan Mella

"1 diciembre 2004" está inscrito en nuestros anillos de compromiso, en el anillo mío y el de Yohanna. No fue esa fecha en la cual nos comprometimos, fue la fecha cuando toda esta historia comenzó. Hay como tres versiones de como nos conocimos. Yo tengo dos versiones y Yohanna tiene la suya. ¿Pero cómo es nuestra historia realmente? Por suerte no somos esa pareja que ha tenido que pasar por tormentas y fuego para después estar juntos. Fuimos más bien como pedazos de lego que quedaron bien puestos y juntos. Fue a principios del otoño de 2004 cuando ella empezó la secundaria. Yo ya iba en mi segundo año. Un día me quedé tarde en el colegio para estudiar, y me encontré con una compañera, la cual me contó que había una niña que me encontraba tierno. Fue entonces que sentí interés en saber quien era, y le pregunté. Mi compañera me dio una pequeña descripción para reconocerla pero, al parecer, se juntaba con un grupo de chiquillas, lo cual lo hacia imposible para mí saber quien era. Todas se vestían iguales. Las mismas chaquetas negras, jeans y todas tenían un look de chilena. Pero gracias al catálogo de alumnos la pude encontrar.

"Bien tierna" pensé de ella, cuando la vi, no pierdo nada en invitarla a salir a una cita conmigo. Al final, resultaron tres citas, antes de que tomáramos la decisión de hacer nuestro amor público y oficial. El 1 de diciembre del 2004 lo hicimos oficial, y le dimos comienzo a esta historia. En ese tiempo cursábamos aún la secundaria y vivíamos en casa de nuestros padres. Una de mis metas en la vida fue que apenas terminara con la secundaria me iba a vivir solo y a luchar por mi dinero, para sobrevivir. Lo hice y me fue bien. Apenas ella también terminó su secundaria se vino a vivir conmigo. Fue entonces que nos dimos cuenta que podíamos vivir bajo el mismo techo sin problemas, con diferentes opiniones de la vida pero con un sólo amor. Nuestra primera vivienda juntos fue un pilar grande en nuestras vidas. Realmente fuimos hechos el uno para uno el otro.

En enero del 2008 nos aumentó a la familia. Lola entró en nuestras vidas, y le puso color, con todo. Yo creo que ella hizo que nuestro amor se confirmara más, nos hizo también crecer como personas, tomar más responsabilidad y ser más adultos. Pero nuestro departamento de 33 metros cuadrados se hizo un poco chico y, para mala suerte, no se podía vivir con perros allí. Fue entonces que, urgentemente, decidimos seguir nuestras vidas en otro lugar. Tomamos lo primero que salió, y fue mi barrio de niñez y juventud: Alby. Yohanna es de la comuna de Tumba, pero yo crecí en Alby, así que fue como "volver a casa". Pero del cambio de Tullinge, donde vivimos al principio, a Alby, nunca me voy arrepentir. Alby es magnífico y especial. Además de un departamento de 33 metros cuadrados a 79, la diferencia era bastante grande.

En enero del 2009 decidimos confirmar nuestro amor una vez más. Fue entonces que nos comprometimos. Pero, ¿cuándo nos íbamos a casar? Podríamos ser una pareja que planea su matrimonio durante muchos años y nunca se casan. Al final decidimos casarnos, lo antes posible. Contamos la plata juntada y tiramos líneas para acá y para allá y pusimos la fecha: el 8 de agosto del 2009, fue entonces que nos casamos, frente a 100 personas, que confirmaron nuestro amor.

Pero, ¿para donde vamos ahora? En agosto del 2010 otra vez se confirmó, esta vez con lo más lindo del mundo. Nos llegó la noticia que seremos padres. Una pequeña niña tomará lugar en nuestra familia. ¿Que más puedo decir? Soy el hombre más feliz del mundo. Me he encontrado con una hermosa mujer en mi vida. Es mi fuerza, mi amor, mi luz, el futuro conmigo.

"Hasta el fin del mundo" así dice, en los anillos de matrimonio. Es nuestro refrán. Es nuestra meta. Cualquier cosa que decidamos, de ahora y para adelante, estaremos juntos "Hasta el fin del mundo".

 

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