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Hombre de nieve
Navidad 2011.
 

24 de diciembre de 2011 |COLUMNA |

El hombre de nieve

Para muchos niños del mundo, el hombre de nieve es prácticamente la llegada de Papá Noel o San Nicolás a su universo. Todos se preparan para recibir sus regalos debajo del pino, cerca de la chimenea por donde entrarán las cajas de todos colores, con decenas de sonidos raros, bebés que lloran, gatean, comen, caminan, engordan, parecen de goma tierna, naturales, casi reales. Una que otra caja con dulces o chocolates y turrones puede llegar escondida. No faltarán perfumes y joyas, que serán sorpresas desmesuradas para sus afortunados beneficiados.

Por: Juan Alemany

En otras partes del mundo, donde no nieva, la navidad también se celebra debajo de un árbol de Navidad, de un pino, falso o verdadero. Hará calor, pero la gente va comer como si estuviera a veinte grados bajo cero. Dentro de las más humildes moradas, donde los regalos será contados, donde hará falta el papel de colores, y los moños de seda serán una fantasía, Noel hará su aparición mágica.


Los niños de todo el globo, la gente de casi todo el mundo estará celebrando un reparto de regalos que llegan a la casa una vez al año. Estos, sin importar el valor, traerán a millones de personitas la incertidumbre, de lo que encontrarán debajo de las ramas verdes o de las almohadas, envueltos para deshacer. Los hombres regalamos la ilusión de noches de fantasía.

Pobres o ricos, la imaginación volará por todo el mundo, tratando de discernir aquello que se esconde debajo de los misterios. Algunos de nosotros aprovecharemos para arreglar diferencias con otros, que serán olvidadas para siempre, para que reine la tolerancia en las familias.


Es un momento para reflexionar. La vida de todos nosotros ha pasado por trescientos sesenta días estresantes, y es hora de arreglar el alma, de organizar la biblioteca del pecho, donde guardamos con mucho cuidado nuestros sentimientos. Hemos creado la aventura de la vida.

Muchos somos padres, o seremos, muchos estudiantes o trabajadores, pero en el fondo somos todos iguales del color que seamos, del sexo que fuere, y la navidad se presta para que rectifiquemos una serie enojos y de errores, que muchas veces nos llevan por una senda errada

. Este es un tiempo para reflexionar y actuar, para darnos un abrazo y olvidar todos los instantes que nos han separado unos de otros, por culpa de los idiomas, las ideas y tantos prejuicios banales.

 

 
 
 
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