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Piero envía un cálido saludo a su público.
 

07 de junio de 2013 | ENTREVISTA |

Piero: "Ahora no hago protestas, hago propuestas"


ESTOCOLMO: En el marco de su gira por Europa, el cantante y compositor ítalo-argentino Piero arribó este jueves a Suecia, donde el sábado 8 de junio hará una presentación en la emblemática Sala de Conciertos de Estocolmo, invitado por la organización Selam.

Piero viene llegando desde Israel, donde participó, junto a sus músicos, en un concierto por la paz.

La gira por Europa comprende los países de Israel, Suecia, Reino Unido España e Italia, pero es posible de que esta se amplíe.

- En cualquier ciudad importante del mundo hay unos doscientos mil latinos. Es muy interesante la comunión que se crea en los conciertos con gente de distintos países. Uno visualiza una América Latina unida, dice Piero, en una entrevista que ofreció a Magazín Latino a pocas horas de aterrizar en Escandinavia.

Por: Marisol Aliaga

Piero y su banda arribaron a la ciudad de Estocolmo este jueves por la mañana, en vísperas del concierto que ofrecerán este sábado en el más emblemático de los escenarios de la capital: La Sala de Conciertos, Konserthuset, la misma donde se entregan los Premios Nobeles. Productor del evento es Osiel Ibañez, gestor cultural de la organización Selam.

En Buenos Aires, el cantante reside en el bohemio barrio de San Telmo, y en Estocolmo se aloja, junto a su banda, en un acogedor hotel ubicado en pleno corazón de la bohemia estocolmense: el barrio de "Söder", vecino con la Ciudad Vieja y Slussen.

Es allí donde nos encontramos, a las pocas horas de que aterrizaran en el aeropuerto de Arlanda. Nos sentamos, Piero y yo, en unos cómodos sillones de verano en el patiecito del hotel de estilo rústico-campestre tan apreciado en Suecia. Han tenido suerte, para el Día Nacional de Suecia, cuando hacemos esta entrevista, Estocolmo muestra su mejor cara: una temperatura de 23 grados y un cielo sin nubes. Si no fuera por un helicóptero que no para de runrunear, por encima de nuestras cabezas, la tarde habría sido muy agradable, en cambio, durante el desarrollo de la entrevista hubo momentos en que teníamos que gritar, para lograr escucharnos el uno al otro. Pero cuando el persistente helicóptero se alejaba, se escuchaba, en su lugar, el graznido de las gaviotas.

Mis entrevistados nunca hablan de sus familias, y dudo un poco antes de preguntarle por la suya, pero rápidamente me doy cuenta de que el tema no es delicado. Me cuenta que en su familia son todos italianos, de su primer matrimonio tiene un hijo mayor, Juan, quien también es músico y lo acompaña en esta gira.

- Es muy lindo estar en el escenario con mi hijo. Tuvimos unas experiencias hermosas en Israel. Los conciertos estuvieron muy buenos y fue muy lindo disfrutarlos con él, dice el autor del inolvidable e inmensamente popular tema "Mi viejo", el que ha hecho llorar a tantos padres, comenzando por el suyo propio, cuando lo escuchó por primera vez.

Tiene dos hijos más, uno de 11 y la menor, de nueve años. "Son dos hornadas", me dice. Conoció a su actual compañera hace 20 años y al estar juntos 10 años se decidieron a tener un hijo.

Cuando su compañera estaba embarazada, los periodistas le preguntaban: "Pero Piero, ¡a estas alturas!..." a lo que él replicaba: "Esto no es nada, ahora viene la nena".

- Lo decía en tono de broma, pero ¡cuidado con lo que decís! me dice, con una amplia sonrisa. Al cabo de poco tiempo, la familia creció, con una nena. Y las tres nietas, de diez, de cuatro años y la más chiquita, de sólo tres meses.

 

En 1976, como tantos otros, Piero salió al exilio, estando fuera de Argentina durante cuatro años y medio. El exilio lo pasó principalmente en España, y durante este tiempo su carrera artística estuvo en receso. También ha vivido muchos años en Colombia, y tiene la nacionalidad colombiana.

Muchos se quedan en el exterior, pero tú no. ¿Qué te impulsó a volver a Argentina?

- Yo me hacía - o me quería hacer - el superado. Como el pajarito que está en la jaula. Te morís de tristeza o cantás hasta que el dueño deja la puerta de la jaula abierta y te vuelas. En España me dediqué a leer, a la huerta, y me sentía desilusionado de la cosa política. No lo sufría como el 99,9 % de los refugiados, trataba de asumir que era una realidad y que no tenés que morirte de tristeza, como el pajarito.

 

Pero las cosas cambiaron cuando fue a Uruguay, donde le llevaron a su hijo Juan, a quien no veía desde que éste tenía once meses. A Argentina le estaba prohibido entrar.

- Los uruguayos sabían mis canciones, yo ya me había olvidado de ellas. Estuve con mi hijo un par de meses, después me fui a Brasil, a Colombia y a Panamá, ¡y en todos lados las canciones estaban más vivas que antes! Eso me puso otra vez las pilas, grabé un disco en Italia, lo empecé a promocionar en España y en la mitad de esto me doy cuenta de que algunos habían regresado, entonces, yo, que me hacia el que aguantaba, largué todo y me fui para Argentina. Hubo muchos problemas al principio, todavía estaban los militares; de los cien conciertos, casi en 60 hubo gases lacrimógenos, amenazas y ese tipo de cosas.

¿Cuándo volviste a Argentina?

- El 80 o 81. Todo ese tiempo fue muy duro, hasta que vieron que yo no quería seguir metiendo el dedo en la llaga sino que quería quedarme y cantar. Y que cantaba más suave y menos provocativo que cuando me fui. Poco a poco se fue ordenando y ya en el 82 comenzó la democracia.

La época de los setenta quedó atrás. América Latina ha experimentado muchos cambios. ¿Qué pasó con la llamada "canción de protesta", contra qué hay que protestar hoy en día?

- Cuando protestábamos antes, nadie protestaba. Te acordarás que ni el periodismo se sublevaba a lo que decía el presidente, un obispo o alguna "autoridad". Nosotros éramos unos kamikazes que empezamos con eso. Después, la gente aprendió a protestar, a retrucar, a manifestarse. Ahora se protesta hasta demasiado, a veces; se cortan las calles, nos entorpecemos nosotros mismos. A mí me decían que no protestaba, cuando volví. Yo les contestaba: Ya no hace falta protestar, ahora todo el mundo protesta. Entonces, ahora no hago más protestas, hago propuestas. Ya sabemos lo que está mal y lo que está bien, pero es más difícil construir. Y en eso me puse siempre, desde que volví.

¿Y cuáles fueron las propuestas?

- Había toda una gran efervescencia, por la vuelta de la democracia, pero las preguntas siempre eran las mismas, que el exilio, que qué te parece, qué viene. Entonces, decidimos cambiar el coctel con el periodista en el hotel, e irnos a la universidad, a colegios secundarios. La charla allí era mucho más rica. Yo cantaba una canción que se llamaba "Manso y tranquilo", "¿entonces cómo?" me decían, " se va con "Para el pueblo lo que es del pueblo", "Que se vayan ellos", esas canciones, y ahora viene con "Manso y tranquilo"".

- Pero eso lo entendían la generación de los chicos. Mi generación no. Estaba con bronca, con odios, resentida. Pero como yo tenía esa actitud de no violencia, de construir, de proponer, me decían: "Hagamos algo, Tano. Hagamos grupos, hagamos cosas". Yo les decía: Yo canto, júntense Uds. yo los puedo acompañar. Pero me lo pedían en todas las provincias, del norte, del sur, en todos lados. Entonces, un día se me ocurre: Hagamos centros de buenas ondas. Porque si uno emite buenas ondas, se le van a devolver buenas ondas. Entonces, tu centro se puede llamar Che Guevara, Virgencita de Luján, como fuera. Era otra mirada, más allá de la religión o la política: de la gente para la gente. Se armaron más de 600 Centros de Buena Onda en todo el país.

 

Desde todas partes le pedían que diera conciertos y al final esto fue creciendo. Piero daba conciertos gratis e invitaba a otros artistas a cantar y con los fondos recaudados se realizaban cosas concretas, como escuelitas, guarderías y otros proyectos de beneficio a la comunidad.

Pero también desde hace muchos años le interesa el tema de la agricultura y, ya que había comprado 11 hectáreas de campo, comenzó con granjas educativas para chicos de 13 a 18, que no trabajaban ni estudiaban.

- En esa época habían unos 100 000, ahora hay 1 millón 200 000, dice, con desengaño…Les enseñamos a ser productores orgánicos, sin venenos, sin pesticidas. A trabajar la tierra y a ser independientes. Porque en la medida que tengamos chicos independientes, vamos a tener un país independiente, afirma.

 

El compromiso que Piero siente para con la sociedad ha resultado en que ha dejado el canto en varias ocasiones, para dedicarse a otras actividades. "Canto desde hace 50 años, pero no he cantado ni 20", me dice.

Sin embargo, en la actualidad ha encontrado la forma de defender las causas en las que cree, sin abandonar el canto. Con su banda apoyan los procesos de paz desde Colombia, hasta Israel.

- Nosotros apoyamos todo tipo de causas con nuestros conciertos. O sea, no se trata sólo de ir al teatro y cantar, sino además de darle un sentido a ese concierto. Es que uno canta acerca de la revolución, ¡pero también hay que intentar hacerla! [me dice, riendo].

¿Algunos han criticado tu viaje a Israel, lo entiendes?

- Nosotros no vamos a cantarle a los gobiernos, sino a la gente. Nadie quiere la guerra, la guerra te la imponen los que mandan, por sacar provecho económico, por la industria de la guerra. Nunca le preguntaron al pueblo. Ni el pueblo israelita ni el pueblo palestino quiere guerra, ambos quieren la paz, de eso estoy seguro. ¡Y si me invitan a Palestina voy encantado! A cantar por la paz.

¿Qué te parece actuar en Konserthuset?

- Es muy interesante y muy conmovedor. Y hay una comunión que se crea cuando hay gente de distintos países que es muy hermosa. Uno visualiza una América Latina unida. Es lo que queremos, y el concierto te da ese lugar, te da esa oportunidad.

Respecto a los temas que va a interpretar, el público puede estar tranquilo, todos los temas más conocidos de su repertorio los volveremos a escuchar, comenzando por "Mi viejo".

Uno de los comentarios en alguno de sus tantos vídeos en la red me parece que resume mucho del sentir del público que este sábado se unirá a esta gran fiesta latinoamericana:

"De chamito siempre te escuché en mi juventud, ese espacio lo llenaron tus canciones. Y en mi vejez, tus canciones van a ser mis nostalgias. Gracias por ser parte de mi vida".

 

 

 


   
 
 
 
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