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Isol después de la ceremonia de premiación junto a su diploma. Foto: Marisol Aliaga
 

05 de junio de 2013 | ENTREVISTAS |

Isol: "Una vez escuché decir que un artista es un niño que ha sobrevivido"

ESTOCOLMO: Una apretada agenda tuvo la ganadora del Premio Alma 2013, Marisol "Isol" Misenta, durante su semana de estadía en Suecia.

La dibujante argentina desarrolló un taller de dibujo junto a niños de distintas edades en la Casa de la Cultura de Estocolmo, donde también ofreció una conferencia. Estuvo en Skansen, donde entregó un premio literario, fue invitada al programa televisivo Babel y realizó una visita al pueblo natal de Astrid Lindgren, entre otras actividades.

La premiación tuvo lugar en la Sala de Conciertos de Estocolmo, donde la Princesa Victoria - como todos los años - fue la encargada de entregar el preciado galardón.

Magazín Latino tuvo la oportunidad de entrevistar a Isol un par de días antes de la ceremonia de premiación.

Por: Marisol Aliaga

Costaría elegir una sola palabra para definir a esta singular autora. Al igual que la madre de la inconfundible pelirroja "Pippi Calzaslargas" (Pippi Långstrump"), Isol posee un sentido del humor muy especial, que concuerda perfectamente con el espíritu travieso de Astrid Lindgren, la gran escritora sueca en memoria de quien se instauró el premio.

Los libros de Isol reflejan un espíritu travieso y juguetón.

Porque, ¿a qué autor se le ocurriría un libro como "Tener un patito es útil"? Un libro en forma de acordeón que al darlo vuelta se transforma en "Tener un nene es útil". Otra de sus obras narra la historia de una niña que desea que su madre se convierta en globo, porque grita mucho. En "Secreto de familia", una nena se da cuenta de que su madre es un puercoespín. "La Bella Griselda", por su parte, trata de una princesa tan bella por quien todos los hombres pierden la cabeza. Literalmente.

Sin duda que Astrid Lindgren se habría reído mucho con las ocurrencias de Isol.

Me encuentro con mi tocaya - aunque ella se cambió el nombre, me dice, al presentarme - el domingo pasado en el hotel de la bella isla de Skeppsholmen, donde ella y su familia se hospedan durante el tiempo que visitarán Estocolmo.

Mi primera impresión es que parece salida de un cuento infantil, menudita, con su abrigo plomo, calzas rojas y zapatos negros de charol. Nacida el 72, definitivamente no representa la edad que tiene.

Nos instalamos en una habitación con vista al frondoso parque y antes de comenzar la entrevista, pide un té, le duele un poco la garganta, y teme que su hijito Anton, de un año y cuatro meses, esté un poco resfriado. Se siente cansada después del largo viaje - llegó, junto a su familia, a Estocolmo el día anterior - y le parece bastante helado, a pesar de los cerca de 20 grados de la primavera escandinava. Como a muchos turistas le llama la atención el paisaje urbano sueco, que conserva las aéreas verdes, la naturaleza. "En Buenos Aires el casco urbano es tan enorme que te demoras mucho en llegar a las aéreas verdes", me dice, expresivamente. Se da el trabajo de pensar y de explicar cada respuesta, y como tiene cualidades histriónicas, es sumamente entretenido conversar con ella.

Disponemos de una media hora. Después de Magazín Latino le espera una entrevista con un importante medio sueco y, además, una sesión de fotografía.

¿Por qué te cambiaste de nombre?

- Es una tradición en mi país entre los dibujantes el tener un seudónimo. Fuera de eso, ya cuando estudiaba Bellas Artes, me di cuenta de que la firma de un cuadro también es un elemento gráfico. Isol me pareció mucho más potente como grafismo y como nombre. Un nombre que, además, lo elegí yo, no mis padres. Cuando salí del colegio pensé: Ahora soy yo, y este es mi nombre: Isol.

Fuera de ser ilustradora y escritora eres cantante y compositora. ¿Cómo repartes tu tiempo y cómo te alcanza el tiempo para todo?

- A veces simplemente no me alcanza. A veces estoy con los libros, otras ensayando. Tengo bastante tranquilidad para las diferentes actividades. Además me parece sano el tener distintos lugares donde expresarse y no obsesionarse con una sola cosa. Puede pasar que estoy un poco trabada con un libro, por ejemplo, y de pronto tengo que hacer un show, entonces, allí se me "airea la cabeza" y cuando vuelvo al libro ya tengo otra energía. Al mismo tiempo todo está relacionado, es mi propia sensibilidad. Las historias que cuento a veces se van a las canciones, me gusta visitar muchos mundos.

¿Para quién escribes? ¿Piensas en eso?

- Yo no pienso mucho para quien escribo, [pensativa]. Escribo desde el punto de vista de una apasionada de los libros. Me encantan los libros que yo hago, y los disfruto mucho. Soy adulta, pero los disfruté siempre. Se trata de tener cierta empatía con los niños. Una historia protagonizada por un nene me gusta mucho, y puedo ponerme en el lugar de éste. Mis libros se los muestro a personas de mi edad, no me gusta eso de catalogar para "diferentes edades". Porque tampoco los niños son todos iguales. Chicos de la secundaria leen mis libros, por ejemplo, y, si se liberan de los prejuicios, ¡los disfrutan un montón! Porque tienen ciertas líneas y cierto humor. En el momento en que estoy haciendo un libro, este es el libro que tengo que hacer y quiero hacer, no pienso para quien es. Y una vez que está hecho, uno se hace la pregunta: ¿a quién le puede gustar esto?

¿Cómo surgen estas historias, dónde encuentras inspiración?

- Muchas veces comienzan de un dibujo. Voy observando, y tengo muchos cuadernos. De repente sale una idea muy fuerte y la uso. Salen de la observación, de la reflexión, estoy a la búsqueda de esas ideas. Surgen, también, de las ganas que tengo de escribir un libro todos los años.

Tus libros tienen un humor muy especial. Cuéntame acerca de tu primer libro: "Vida de perros"…

- "Vida de perros" toma un tema recurrente, el de la identidad, y de tomarse un poco a risa las certezas. La madre allí está segura de que su hijo es un niño, y nosotros, como lectores, también, pero el libro se ríe un poco de eso. A través de los dibujos demuestra que el niño está haciendo todo lo que haría si fuera un perro. Entonces vemos que la explicación de la madre no es muy correcta. Y, al final, ella deja al nene afuera, como si fuera un perro. Se trata de reírse un poco de ciertos códigos, de ciertas seguridades y de ciertas clasificaciones. Lo que me divierte del libro de imágenes es que uno puede hacer esos juegos. Que uno está viendo algo, y que de la manera en que uno lo narre - ese diálogo entre la narración y el dibujo - provoca el sentido último que llega al lector…yo no estoy enviando un mensaje, más bien es un "masajeo del intelecto", de la observación.

 

ISOL
Isol en la isla de Skeppsholmen. Foto: Stefan Tell.

 

 

El humor una característica muy propia de los libros de Isol, quien nació en el seno de una familia de académicos (un tanto hippies, como ha dicho en entrevistas), en 1972, en Buenos Aires. Desde niña tuvo acceso a libros, revistas, comics, etc. lo cual marcó su personalidad como futura creadora.

- Yo me escapaba a los libros. Me pasaba los recreos leyendo. Mis compañeras pensaban que yo aparentaba para parecer especial, pero realmente me perdía en esos libros, ha dicho en entrevistas.

Cursó el magisterio en Bellas Artes y estudió seguidamente Licenciatura en Artes, en Buenos Aires. A los 25 años debutó con "Vida de perros", libro que envió a un concurso en México, en 1996. El jurado le comunicó que su libro no podía ganar, porque sus dibujos eran muy "raros". Y que tratara de modificarlos un poco.

- Los ojos eran muy sicóticos, y me pidieron que hiciera las sonrisas más discretas, contaría, más tarde.

En su lugar, Isol escribió una explicación teorética - de cinco páginas - acerca de su forma de expresión. Pese a todo, el libro obtuvo un premio de honor y se publicó más tarde por la editorial responsable del concurso, el Fondo de Cultura Económica.

Hasta la fecha ha publicado alrededor de diez libros y ha ilustrado más de una veintena de textos de otros autores, entre los que destacan el poeta argentino Jorge Luján y el escritor norteamericano Paul Auster, para quien ilustrara "El cuento de Navidad de Auggie Wren" (2003), haciéndose conocida a nivel internacional. Sus obras se encuentran, entre otros, en Argentina, México, España, Francia, Estados Unidos, Corea y Suiza. En Suecia se acaban de publicar "Petit, el monstruo" y "Numeralia".

 

Sigo con la entrevista: "Tener un patito es útil; tener un nene es útil" es un libro de imágenes que, dependiendo de donde se comience a leer, el protagonista es un niño, o un patito de hule…

- Si, con las mismas imágenes tenemos dos historias, según como se relacionen con el texto. Es divertido, porque es sorpresivo…pero también surgen los temas que me interesan que es, por ejemplo, ponerse en el lugar del otro para ver las cosas de otra manera. Me parece que es enriquecedor.

Mucho. Porque se trata de la importancia de la tolerancia, de la empatía. Por otra parte está el sentido de " la verdad". Tú dijiste en una entrevista que: "En nombre de verdades dogmáticas se hicieron las peores cosas de la historia"…

- ¿Ah, sí, eso dije?...[dice sonriendo, asombrada].

Sí, y lo encuentro muy sabio…

- Bueno, yo creo que uno se siente tan seguro cuando piensa que posee una verdad, pero no está bueno quedarse en una cosa rígida, ¿no? Eso es un pensamiento que ya no sigue fluyendo. Y también tiene que ver a veces con el miedo, todos los fascismos surgieron de momentos de miedo. Miedo al cambio, a que me quiten las cosas, que me ataquen. Entonces me agarro a estas "verdades", y así puedo justificar cualquier cosa y puedo estar seguro. Pero esa seguridad te quita libertad, te quita razonamiento. Es bueno manejar el propio criterio pero es una responsabilidad, ¿no?

Exacto, como así también la de educar a los chicos. ¿Cuál es la importancia de la literatura infantil?

- Bueno, depende de lo que consideremos importante. Cuando uno es chico se forma mucho de lo que uno va a ser. Uno se moldea de acuerdo a ciertas impresiones que tuvo en la niñez. Por lo menos el sicoanálisis dice eso y yo creo que es así. El nene tiene que sentir que es capaz, que se le respeta. Esas cosas te ayudan a vivir. Yo siento que mucho de lo que pueda ser y de lo que soy tiene que ver con que tuve una infancia en la que de alguna manera se me mostró que yo podía ser lo que quisiera. Que yo merecía poder hacer lo que yo quisiera. Es como que te dieran las mejores vitaminas para después.

 

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Como todos quienes escriben para los pequeños grandes personajes, Isol mantiene su alma de niño intacta. Durante su discurso de premiación expresó: "El punto de vista de los artistas y el de los niños tienen varios aspectos en común. Una vez escuché decir que un artista es un niño que ha sobrevivido".

 

 

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Isol en el parque de Skeppsholmen. Foto: Stefan Tell.

 

 

Notas relacionadas:

29 de mayo de 2013: ISOL recibió el Premio Alma

25 de marzo 2013: La ganadora del Premio de Literatura en Memoria de Astrid Lindgren 2013 es Isol


   
 
 
 
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