31 de Diciembre de 2010 - EDITORIAL
¡Feliz Año 2011!
“Ett riktigt skitår” (un año de mierda), dijo más de alguien, nuevamente refiriéndose al año que pronto ya será historia. Lo mismo que un político dijo, del 2009. ¿Será que a medida que pasa el tiempo la situación de los seres humanos sobre este planeta llamado Tierra se hace peor? No lo puedo creer, y, más que nada, no lo quiero creer. Quiero creer que cada año que pasa la gente se pone más amable, más buena, más cariñosa, más dadivosa.
El caso es que para mi, personalmente, este fue el año de las desilusiones. ¿Algunos ejemplos? Para ser sincera, siempre había estado bastante contenta de vivir en un país que era como el de los cuentos, con un rey, una reina, y bellas princesas. Incluso este año, a gozo de millones de súbditos, se casó – por fin - la Princesa Heredera de la Corona, Victoria, con su Príncipe azul, que, en lugar de sacarlo de la alta sociedad de Stureplan (bueno, también andaba por allí, pero no nació allí) lo encontró en un gimnasio. Pero, a lo largo de tantos años me vengo a dar cuenta que el rey, en lugar de velar por los derechos de las mujeres, se divertía en clubes de mala reputación con “chicas de café”. Mejor no dar detalles. Lo único que salva al monarca de lo poco de respeto que aún siento por él, es que, a diferencia de sus amigos, no negó nada. Sólo dijo que “daba vuelta la página” y, más tarde, instó a los periodistas a escribir acerca de los temas que él quería que escribieran.
Y la simpatía que sentía por la reina, que ha tenido, sin duda, momentos muy difíciles este año, también se desvaneció, al darme cuenta de que no puede ser que haya dicho la verdad, al afirmar que su padre no pertenecía al partido nazi, antes y durante la segunda guerra mundial. Obviamente, ella no tiene nada de culpa de nada que haya hecho su padre cuando aún ella no nacía , pero, ¿por qué mentir?
Anteriormente a estos episodios - lo del rey se supo por una biografía del monarca y lo de la reina por unos programas televisivos acerca de la familia de ella - pasó algo que me desilusionó muchísimo, en este año de elecciones. La llegada al parlamento de un partido racista. Y con un amplio porcentaje de votación, por si esto fuera poco. Muchos dicen que la mayoría de estos votos son de “desacuerdo”. Pero, ¿y si no es así? ¿Si de verdad existen en Suecia tantas personas que no ven con buenos ojos a todos aquellos que no hemos nacido aquí? Nadie lo puede saber, a ciencia cierta.
Y, para rematar el año y hacer un flaco favor a la democracia, un joven de origen extranjero muere en lo que sería el primer atentado terrorista en Suecia. Al parecer la idea era ocasionar el mayor daño posible, por suerte para el país, la única victima mortal fue el joven hombre – por lo demás padre de tres hijos. Pero cualquiera de nosotros, que a menudo frecuentamos las calles céntricas de Estocolmo, podríamos haber estado entre las victimas.
Antes de las elecciones yo argumentaba a menudo que la Alianza quería más tropas en Afganistán, y que esto nos haría vulnerables a atentados de este tipo. Pero el interés por la política internacional sueca, entre los suecos,y ni siquiera mi familia escuchaba mis argumentos. Ni siquiera cuando, gracias a Wikileaks, se supo que los diplomáticos norteamericanos consideraban que Suecia “había echado a la basurero de la historia su neutralidad”.
Pero Wikileaks no solamente desveló la política internacional de la Alianza, que, ya sabíamos, era por la OTAN. También desveló que la socialdemocracia pidió ayuda a EE.UU para ganar las elecciones de este año. ¿Un acto patético, o desesperado?
El año de las desilusiones continuó, al saber, también por los cables, que la socialdemocracia también quería colaborar con la OTAN. Y, para más remate, a los dos meses de las elecciones, Mona Sahlin (líder de la socialdemocracia) se expresa en términos prácticamente iguales a Reinfeldt.
Ni siquiera la alegría y el orgullo de sentir que Julian Assange se afincaría en Suecia, debido a sus leyes de libertad de expresión y protección de las fuentes, duraron por mucho rato. Al poco tiempo de su visita a Suecia, el fundador de Wikileaks se encontraba acusado de violación y de acoso sexual, y era perseguido por la Interpol. Después de muchas vueltas y rarezas se sabe que la acusación en un caso se trata de un condón roto y de “surprise sex” (sexo por sorpresa). Las vueltas de esta historia son tan extrañas que no pueden ser explicadas en esta editorial. Esperamos salir pronto con una nota al respecto y sólo podemos adelantarles que en otros países no comprenden las leyes suecas en lo referente a esos temas. Y no es fácil, pero cuando el abogado defensor de las partes demandantes afirma que “ellas no saben lo que es una violación”, uno se da cuenta que el tema da para rato.
Al final, ¿que ha sido lo positivo, lo que más me hizo vibrar este año? Primero la tristeza de ver una vez mas a mi país, Chile, azotado por las fuerzas de la naturaleza. Y todo el empeño por hacer algo desde acá, con todas las dificultades que eso significó. Y luego ver un milagro, en el mismo país. El milagro de los 33 mineros que estuvieron 69 días en las entrañas de la tierra y que al cabo de esa interminable espera fueron saliendo a la superficie, uno por uno, todos recibidos por los mismos vítores, por el mismo entusiasmo. Las lágrimas de los familiares y las lágrimas de los rescatistas. A pesar de la parafernalia del show mediático organizado por el actual presidente, me quedo con lo bueno, con ese milagro que ocurrió, allá, en la mina San José, en el norte de Chile, en el campamento Esperanza.
Y con esperanza queremos comenzar este año.
¡Feliz y Próspero Año 2011!
Marisol Aliaga
Editora responsable
