26 de septiembre de 2011 |CULTURA
Luz Lescure – El Eterno Femenino
A principios de Septiembre recién pasado, en una tarde de verano especialmente agradable, Luz Lescure esposa del Doctor Michael Fruhling actual Embajador de Suecia en Guatemala, me visitó, compartiendo conmigo una taza de té dos días antes de su viaje de regreso, después de disfrutar sus vacaciones en Estocolmo junto a su esposo e hija.
Por: Consuelo Carrillo Meza
Luz es panameña, y pese a su éxito, como autora de numerosos libros de poesía, ensayos, publicaciones periodísticas y su rol como diplomática en diversos países de América Latina y Europa, es una mujer sencilla, modesta, delicada, que habla con sabiduría y sabe escuchar con inteligente atención. Reinó en nuestro reciente re-encuentro, un intercambio fresco dentro de un mismo nivel de comprensión, ya que ambas usamos las mismas herramientas espirituales. Siendo ella una persona de amplia experiencia en las letras, formación profesional y excepcional ilustración, en ningún momento, lo demuestra.
Luz es el prototipo de la mujer liberada, "cuyo valor supera en mucho al de las joyas", como dijera en Proverbios 31 el rey Salomón. Ha trabajado y escrito en defensa de los débiles, de la atención y cuidados al medio ambiente, ha sido esposa ejemplar y la madre abnegada que siempre sabe sonreír al futuro. En sus poemas, resalta su anhelo de compartir la llama de luz que lleva adentro y hace saltar en pedazos las fronteras que limitan los lazos sociales, culturales y tradicionales que distinguen y han separado a los hombres en los cinco continentes.
Conocedora del camino que conduce a la unidad, la fraternidad y los ideales de una auténtica revolución espiritual representados en el mundo físico por el hombre y la mujer, lo señala con honesta claridad, transparencia y valor en cada uno de sus versos. Un homenaje al eterno femenino, es su última publicación poética "Volvería a ser Mujer" en la que se intuye el sentir latente en toda mujer de su función de madre, de amiga, compañera y esposa, sin retorno a los antiguos esquemas de Egipto en que la mujer ocupaba una posición preponderante frente al hombre, situación que prevaleció hasta los tiempos agustinianos en que perdió todos sus derechos, canonjías, privilegios y hasta su libertad como mujer y ciudadana. Encima de esa realidad histórica, Luz Lescure levanta una voz de alerta y de esperanza buscando el camino correcto del justo equilibrio entre el hombre y la mujer, que es el único que puede conducir a la alegría de vivir y ser, conforme fuera diseñado el primer Adam.
En su poema "Modestia" leemos: "No firman sus creaciones, los cartógrafos". Más allá del movimiento feminista de 1970, Luz crea y vislumbra un verdadero cambio de ser como mujer consiente de la necesidad de implementar un movimiento social que se base en valores, trayéndolos de vuelta al mundo después de haber sido sepultados a raíz del siglo uno de nuestra era.
En su poema "Sexualidad" leemos:
"No hay amo no hay pasivo: es solo uno, mar, esencia, espuma. Es la nada, es el grito, no hombre o macho, no edad. Es pájaro, pez o nube, hombre, mujer. Es el único medio – por instantes fugaces- de sentir la divinidad que llevamos dentro".
Estocolmo 16 de Septiembre 2011
