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Consuelo Carrillo
 
 

22 de junio de 2012 | COLUMNA |

La serotonina y el perdón

Por: Consuelo Carrillo Meza

¿Tiene que ver la serotonina con el perdón?

La respuesta es positiva. Investigadores europeos por primera vez han declarado ante el síndrome de "Corazón Roto", la presencia de una enfermedad tangible como consecuencia de la conexión entre la mente y el corazón. Alguna vez hemos oído a alguien decir " se me rompió el corazón" , o lo hemos experimentado en nosotros mismos, expresando, inclusive con la mano sobre el pecho, la denuncia de un dolor profundo a causa de un gran sufrimiento provocado por una situación adversa como la pérdida de un ser querido, o haber sido víctima de alguna injusticia, un engaño, una traición, de una injuria o de una falta contra nosotros, por accidente o por mala voluntad, de palabra o de acción que ha sido causado por un sufrimiento tan fuerte y profundo que hasta duele el corazón. La sensación es como si el corazón se partiera en dos produciendo un dolor como de un infarto, y es que en realidad una parte del corazón se puede afectar fuertemente ante una situación dolorosa, y es el tiempo el encargado de encoger la distancia o la separación entre el pensamiento y la emoción.

Este secreto de la naturaleza ya ha sido revelado a los investigadores de este problema como administradores que son de aquellos misterios explicando que en realidad una parte del corazón puede ser afectada causando un violento dolor en el pecho por causas ajenas a la voluntad. Este avance científico ha abierto una puerta de salida para evitar la secreción de cortisol que es la hormona más corrosiva para las células, acelera su envejecimiento pudiendo causar enfermedades severas, malignas y aún la muerte. Esa puerta, no obstante es la clave para hacer ver la necesidad de rectificar conductas "erres" : resentimientos, rencores, reproches, represiones, resistencias no ajenas a la condición humana.

Una puerta que se abre siempre deja entrar luz y en el caso que se analiza, esa luz es el perdón que a su vez deja entrar a la alegría que es una fuerza de renovación que permite continuar y estar agradecidos con la vida. La alegría es el poder oculto revitalizador, despierta conductas "eses" que se contraponen a las conductas "erres" y estimulan al cerebelo para la producción de serotonina que es como la "piedra filosofal", la hormona de la eterna juventud.

"Mala sangre" significa mucho cortisol, mucho enojo, mucha rabia, mucho rencor y resentimientos que son características poderosas y potencialmente destructivas, que envenenan la mente, el corazón y el cuerpo terminando tarde o temprano por causar enfermedades y aún la muerte. De tal manera que el trabajo personal consiste en no perdernos de vista y estar atentos a nosotros mismos, a nuestras reacciones, observándonos con imparcialidad y admitiendo la observación y corrección de otros, con objeto de mantener el equilibrio entre lo que se piensa y lo que se siente, es decir mantener la conexión entre la mente y el corazón que han estado distanciados secularmente.. El trabajo es vigilar las emociones porque no corren, vuelan mas rápidas que el pensamiento, por lo que es prioritario en nuestras vidas permanecer como atalayas de nosotros mismos para rechazar esos fantasmas, esos gigantes de viento como los que veía don Quijote.
No es fácil, pero es posible perdonar y olvidar, es posible cultivar conductas "eses" y por lo tanto vivir felices cuando la mente y el corazón están armonizados. Y esto es una decisión de la voluntad, del uso de nuestra libertad de elección. . .

El polo opuesto a la "mala sangre" es "el buen humor" que significa un estado de alegría, la fuente vitalizadora y clave para una longevidad saludable que promueve la producción de serotonina."

 


 
 
 
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